jueves, 12 de diciembre de 2013

Fanfic Naruto - Caminos Entrelazados

Hola, les traigo un nuevo fic, esta vez es de temática Yaoi/Romance, espero que les guste tanto como a mí n.n 

Los personajes pertenecen a Masashi Kisimoto. La historia no, es toditita mía.



Caminos Entrelazados - de Anabella Noviembre

Parejas:  NaruGaa, NaruHina, SasuSaku, NejiTen, ShikaTema. La pareja principal es SasuNaru.

Para todas las edades. 




Capítulo 1- Gaara.



                                  




     


       Un joven rubio caminaba solo por las calles de la ciudad de Konohagakure. Retraído en sus pensamientos, escuchó una voz que emanaba de su subconsciente:


“Que estás pensando…“ “Que estás haciendo…” “Es imposible Naruto” “Piensa en ella… si no piensas bien en lo que sientes, la lastimarás”


      Esos pensamientos, esas voces, lo estaban  volviendo loco, “Para ya! ¡Déjame en paz!”, se forzó a pensar, tratando de reprimir a su propia mente. Luego de caminar unos momentos, y cansado de pelear contra sí mismo se sentó en un banco de plaza, y deslizándose hacia atrás, como derrotado, miró al cielo, repleto de estrellas. Maravillado por el espectáculo nocturno, el joven olvidó por completo el mundo que lo rodeaba, y dejó su mente en blanco. Por fin las voces se callaron, y su cabeza pudo descansar.


—Naruto. –Una voz familiar interrumpe el trance del rubio.

       Naruto volvió en sí, y al ver de quién se trataba, esbozó una sonrisa.

—Gaara. –Dijo Naruto sorprendido.- ¿Qué haces aquí a estas horas?


—Sabes que sufro de insomnio – Dijo el pelirrojo mientras se sentaba al lado del rubio.- A veces vengo aquí cuando me desvelo. ¿Y tú, qué haces aquí?


—Ummm… nada en especial. – Volvió a mirar al cielo, con los ojos llenos de tristeza.


—Naruto… ¿Estás bien? -El pelirrojo notó   la melancolía en los ojos de Naruto.


—Eh? Sí… no te preocupes Gaara. Sólo estoy un poco cansado.


—Ah…


—Siempre eres muy callado Gaa.- El Uzumaki sonrió cálidamente, el pelirrojo se sonrojó.


—Pues… no tengo mucho para decir.


—Eres raro Gaa, pero… de alguna manera, me gusta tu forma de ser. Ah! ¿Qué hora es? Tengo que irme. Nos vemos, Gaa. –Se levantó de su lugar y dio a su amigo un gesto de despedida.


      Me gusta tu forma de ser…


      Gaara se sonrojó aún más de lo que estaba, dentro de su mente escuchó un “Es ahora o nunca, vamos, díselo” y poniéndose de pie, con las manos temblorosas y la voz entrecortada, dijo el nombre de su amigo.


—Naru… Naruto.


—Dime. – El joven de Konoha volteó con cara de sorprendido.


—Bueno… yo quisiera… Naruto… yo… - Gaara sintió que su pecho le ardía, y su corazón palpitaba fuertemente.


—Gaara, ¿te pasa algo? ¿Estás bien?


—Naruto, yo… estemm… quería saber si puedes ayudarme con una tarea de la universidad… -El pelirrojo simuló la mejor sonrisa que pudo.- Como una vez me dijiste que eres bueno con el idioma inglés… bueno… pensé que me podías ayudar.


—Ah, era eso! Por supuesto, será un placer… pero mañana debo trabajar temprano. ¿Estás disponible en la tarde?


—Sí, claro… gracias. —Gaara miró al suelo, tratando de disimular las lágrimas, que querían salir.


—Vives en el complejo Sunagakure, ¿verdad? Luego te llamo para que me indiques como llegar a tu casa. Ahora, discúlpame, pero debo ir a descansar. Adiós.



     Sin más, Naruto desapareció de la vista del pelirrojo, que se permaneció en silencio. Las lágrimas, hasta ahora cautivas, comenzaron a rodar por sus mejillas. No pudo decirle a su amigo lo que sentía, no tuvo el valor… “Aun así, aún si le dijera… ¿de qué serviría?” pensaba para sí el muchacho de Sunagakure. Es que Naruto, ese joven alegre, hiperactivo,  de ojos azules como el cielo, ya era de alguien más. “Esa chica… ¿de veras te hace feliz, Naruto?” 


Fin del capítulo 1--










Capítulo 2 - Hinata


                                        






   En la habitación de un modesto apartamento ubicado en el centro de Konoha, un celular sonaba sin parar. Sobresaltado, cierto rubio saltó de la cama y corrió a atender la llamada:


— ¡¿Hola?!


—Hola, Naruto, por… por qué no atendías?


—Hinata… - el rubio aún estaba medio dormido- ¿Qué pasa?


—Pues… aún sigo esperándote… ¿Vas a ir a trabajar hoy?- Naruto miró el reloj, exactamente las 07:15.


—Ay noooo!!! ¡¡Es tardísimo!! Me quedé dormido! ¿En dónde estás?


—En el andén de siempre… Aquí te espero.


—No te preocupes Hinata, ve tu primero, o los dos llegaremos tarde.


— ¿Estás seguro?


—Sí, ve tranquila.


—Está bien. Nos vemos, te amo.-Ese “te amo”, por alguna razón incomodó a Naruto.


—Nos vemos Hina…


      Así, un nuevo día comenzó. Luego de vestirse lo más rápido que pudo, Naruto fue hacia su trabajo como ayudante en la cafetería Nara. Ya en el tren, nuevos pensamientos vinieron a él, esta vez pensando en lo que cierta persona le dijo unos meses atrás cuando caminaban juntos en el centro comercial de Konoha:


— ¿De veras necesitas todas esas cosas que compraste? – le preguntó aquella vez el rubio señalando la pila cajas que traía su amigo.


—Claro que sí. Las necesitaré cuando me vaya a estudiar a Alemania. – Le respondió el joven de cabello negro azabache, con una sonrisa en su rostro.


—Ojalá no tuvieras que irte tan lejos Sasuke. Voy a extrañarte.


—No te pongas cursi, ¿quieres? – Replicó Sasuke con tono sobrador. –Además volveré dentro de un año, y podremos practicar artes marciales, ¿vale?



       Recordando aquel momento, Naruto no entendía como una persona tan alegre y bella, se había convertido en un ser tan sombrío y mezquino. No lo entendía, ni aun sabiendo lo que Sasuke había sufrido. Simplemente, no tenía lógica. Se sentía culpable, culpable por lo que había pasado ese día, culpable por no haber detenido a su amigo a tiempo, culpable por haberlo perdido. Sasuke Uchiha, ese joven moreno de ojos negros como la noche y su compañero en la amistad hace años, se había transformado en un total desconocido. “Pude haberlo evitado… ¿por qué fui tan estúpido?” repetía una y otra vez Naruto en su cabeza, mientras miraba el paisaje por la ventana del tren.

      Ya en la cafetería, el joven Uzumaki tomó su puesto de trabajo, cuando una voz masculina lo interrumpe:

—Otra vez tarde, Naruto Uzumaki  –Dijo un adolescente de tez bronceada y coleta alta.


—Shikamaru, ehhh… creo que me quedé dormido… – Respondió el rubio con voz casi inaudible. – Por favor Shikamaru, no le digas a tu madre que llegué tarde ¿Sii? Porfa, te lo recompensaré.


—No tienes nada que yo quiera, además, no es culpa mía el que haraganees por las mañanas… –Contestó el joven Nara poniendo las manos detrás de su cabeza y mirando a Naruto de forma acusadora.


— ¿Estás seguro? Qué lástima, estaba seguro de que a Temari le hubiese encantado verte de nuevo, pero… si no quieres…


— ¿Temari? Esa chica amiga tuya… es muy problemática, pero… quizás sea demasiado descortés rechazar una invitación suya. – Dijo Shikamaru haciendo como si no le importara.


— ¡Entonces está decidido! ¡Si me disculpas, voy a limpiar tantito las mesas de fuera!¡¡Gracias por no decirle a Yoshino-san!!  – Con éste último grito Naruto se fue corriendo.


—¡¡Naruto!! Espera! Yo no dije… – El rubio desaparece de la vista de Shikamaru. – Maldita sea… lo hizo de nuevo…


—Esa era la voz de Naruto, ¿o sea que ya llegó? – Preguntó una linda chica, con ojos color perla y largo cabello negro azulado.


—Sí, ya ha llegado. ¿Terminaste de limpiar los pisos del almacén?


—Sí, ya he terminado Shikamaru-san, ¿Pu… puedo preguntar en dónde está Naruto?


—Está  limpiando las mesas de fuera. Hinata, deja ese trapeador y ponte a tender las mesas, no tardan en llegar los clientes.


—Como usted diga, Shikamaru-san. “Vaya… qué lástima, – Pensó Hinata mientras guardaba el trapeador en el cuarto de la limpieza– en serio quería saludar a Naruto”–De pronto un chico de cabello castaño tira del cabello de la jovencita  con ojos de perla.


—Ouch! – Gruñó Hinata dándose vuelta – Kiba! ¡No me hales del cabello!


—Jaja, es que me encanta molestarte.


—Dime Kiba, ¿ya viste a Naruto el día de hoy?


— ¿Naruto? Sí, lo vi cuando llegó.


—Y… por si acaso, ¿Él te preguntó por mí?


—Mmmm… no Hina.


—Lo sabía. – Dijo Hinata con mirada triste.


—No te preocupes Hinata… – Respondió Kiba tratando de consolarla. – Yo sé que le importas… en serio.


—Sí, supongo. Lo siento Kiba, pero debo preparar las mesas.


     Una Hinata un tanto sombría se dirigió a hacer su trabajo, y con la llegada de los clientes, un pesado día comenzó. Entre cafés, postres y bebidas frías, el tiempo pasa volando. Ha llegado el momento de dejar los delantales  e ir a casa. La morena colgó su uniforme y fue hacia el salón, donde Naruto charlaba animadamente con Shikamaru. Un poco tímida, o más que de costumbre, interrumpió la conversación.


—Naruto…


— ¡Hina! – Dijo el rubio volteándose con una gran sonrisa. – ¿Cómo estás? Hoy con tanto trabajo, no pude ni saludarte.


—Pues… muy bien. ¿Quieres salir a pasear hoy?


—Es verdad, hoy hubo muchos clientes – Afirmó Shikamaru, ignorando la pregunta de Hinata. Luego tomó una libreta que estaba apoyada en la mesa y se dirigió al mostrador. – Vayan si quieren, ha sido un día agotador, yo debo hacer un inventario antes de cerrar.


— ¿Necesitas ayuda? – Preguntó Naruto. Hinata se dio cuenta de que nadie prestó atención a su invitación y agachó la cabeza.


—No te preocupes, Kiba se quedará a ayudarme. –Respondió Shikamaru– Y por favor, trata de llegar temprano mañana, ¿está bien?


—De acuerdo. Vamos Hina!! – Naruto tomó la mano de Hinata, y salieron juntos, encontrando a Ten Ten  junto con un apuesto joven, charlando en una mesa de fuera de la cafetería.


— Hey!! Chicos! – Los llamó la joven castaña.


— ¿Ten Ten? ¿Neji?! – Respondió Hinata sorprendida.


—Hola Hinata, que tal… Naruto. –Dijo muy serio Neji, un apuesto muchacho de cabello largo y ojos colores perla, iguales a los de la morena.


—Neji, qué haces aquí? – Preguntó con timidez Hinata.


—Bueno, vine a buscarte y decidí esperarte afuera, ¿No te acuerdas de que quedamos en ver la película de los robots en el cine? Cuando llegué pregunté por ti pero aún no salías del turno. Tu compañera me dijo que te esperara.


—Al decir verdad, se parecen mucho! – Replicó Ten Ten muy sorprendida– ¿Acaso son hermanos o algo así?


—Algo así… – Respondió rápidamente Neji, levantándose de la silla– Hinata, ¿vienes o no?


—Claro! – Dijo Hinata, que si bien no tenía ganas de ir, no se atrevía a decir que no. – Naruto, quieres venir?


—Lo siento Hina, pero acabo de recordar que tengo algo que hacer… –Se le vino a la mente su compromiso con Gaara– Le dije a un amigo que le ayudaría hoy.


— ¿Algo que hacer…? Ah, ya veo. –Dijo la morena con resignación. – Entonces… nos vemos mañana.


—Vamos Hina, no te preocupes por tonterías –Dijo Neji, alejándola de Naruto. –Ah, y… TenTen te llamas no? Me gustaría hablar contigo otro día. Adiós!


    Así, los Hyuga se alejaron, y Ten Ten se quedó con una sonrisa dibujada en la cara.


—Él es increíble… – Esbozó la castaña con una voz dulce.


—TenTen… deberías tener cuidado con ese tipo. No me cae nada bien. Nos vemos mañana.



      Naruto emprendió la marcha dejando atrás a una TenTen con cara de extrañada. Mirando al rubio alejándose, TenTen sólo pudo pensar: “Y a este, ¿Qué bicho le picó?”



Fin Capítulo 2





15/05/14         


                             Capitulo 3 – Ya no lo sé.


                                            





      Caía la tarde en el distrito Sunagakure. El reloj de la casa de los hermanos Suna marcaba casi las ocho. Gaara esperaba, mientras miraba por la ventana hacia el cielo, con ese semblante serio que lo caracterizaba. En el sillón, una guapa chica rubia leía una revista. De pronto alguien tocó la puerta.


—Gaa, abre la puerta. – Dijo la joven desde su lugar.


—Siempre es para ti. – Respondió el pelirrojo, muy serio.


—Arggg… –Refunfuñando, la bella mujer abrió la puerta. – Ja! Creo que te equivocaste esta vez Gaa, te buscan a ti.


—Hola Gaara, hola Temari, ¿Cómo están? –Dijo Naruto no entendiendo del todo.


—Naruto… –Dijo Gaara casi susurrando.


— ¿Listo para las clases de inglés?


— ¿Clases de inglés? – inquirió Temari extrañada.


—Vamos a mi cuarto Naruto. – Dijo el pelirrojo ignorando a su hermana, y los dos subieron enseguida las escaleras.


    Gaara se sentó en su cama. Naruto arrimó una silla que estaba en un rincón, y procedió a sacar unos libros, un cuaderno, y materiales escolares.


— ¿Tienes una libreta o algo para hacer los apuntes?– Preguntó el invitado amablemente.


—Claro. –Respondió Gaara, muy pensativo. Se levantó de su lugar y comenzó a revolver sus cajones. Tomó un pequeño anotador y la clase comenzó.


    Así comenzó la clase. Naruto daba las lecciones, leyó frases una tras otra, pero notaba que su compañero estaba “en otro mundo”. “¿Cómo sigue esta frase Gaa?” Decía el rubio, pero el pelirrojo siempre las repetía mal, miraba hacia la ventana, o simplemente decía… “Lo siento, no estaba prestando atención”. Como avanzaba la lección, Naruto sentía que perdía su tiempo.


—Esta oración es fácil Gaa… “Where are the children?” ¿Sabes que quiere decir?– El invitado vio a su compañero mirar al suelo y lanzar un suspiro, con un gesto de malestar, a lo que Naruto respondió con resignación – Escucha Gaa,  veo que hoy no estás concentrado, si quieres volveré otro día. No quiero ser grosero contigo, pero no te estás aprendiendo nada y yo tengo muchas cosas que hacer… si quieres puedo volver mañana a la misma hora, ¿vale?


     En ese instante el rubio se levantaba de su silla cuando Gaara tomó uno de los libros de Naruto y comenzó a leer con voz avergonzada:


—This is my house and mi name is Marie. I'm cooking some delicious cookies for kids. Where are the children? – Y luego prosiguió sin mirar– Esta es mi casa y mi nombre es María. Estoy cocinando unas deliciosas galletas para los chicos… ¿Dónde están los niños?– Acercándose a Naruto tiró el libro hacia un costado, y  miró a su amigo de frente– ¡Esto es una estupidez! Yo sé perfectamente inglés.


    Durante un instante se miraron fijamente. Luego Naruto reaccionó:


— ¿Qué?… a ver… ¿tú hablas inglés? Y entonces por qué…


—Naruto… yo, puedo explicártelo…


—Esto es… ¿una especie de broma? – El rubio se  levantó y comenzó a juntar sus libros apresuradamente.


—Lamentablemente no. Y si te enojas, lo entenderé, pero debo hablar contigo. – Gaara permanecía inmóvil.


—Sabes que tengo mil cosas que hacer y en que pensar… no puedo creer que me hagas algo así. –Naruto puso su mochila al hombro y se dirigió rápidamente hacia la puerta, pero Gaara le bloqueó  el paso.


— ¡¿Crees que me gusta verte así?! –Gritó el pelirrojo mientras trababa la puerta.


— ¡¿De qué demonios estás hablando?! Yo estoy perfectamente bien.


—No, no es así, y lo sabes! Desde el accidente de Sasuke, tú…


      Los ojos y el semblante de Naruto cambiaron completamente al escuchar ese nombre. Enfurecido, tomó a Gaara del cuello y lo aventó hacia el rincón contrario de la habitación, y con sus dos brazos extendidos, lo  arrinconó. El pelirrojo se vio atrapado entre su amigo y la pared, su corazón se aceleró, el pulso subía cada vez más. Por un momento, silencio.  Finalmente, Naruto agachó su cabeza, pero el resto de su cuerpo se mantuvo inmóvil. Gaara suspiró, y con un poco de miedo a la reacción, finalizó su frase:


—Desde… desde ese accidente… tú… tú cambiaste, Naruto.


—Lo que le pasó a Sasu… Sasuke. Todo fue mi culpa. –Aún mirando hacia el suelo, las lágrimas comenzaron a brotar de los ojos de Naruto. Su compañero levantó su rostro tomándolo de la barbilla.


—No es tu culpa. Esas cosas pasan.


—Pero es que… yo…


—Naruto. Necesito que me escuches. La razón por la que te traje aquí… es… bueno, yo…


—Dime.


        Gaara se detuvo. Quería decir la verdad, pero nuevamente esa sensación indescriptible se apoderó de él. Finalmente, sólo se atrevió a preguntar:


—Naru… ¿tú amas a Hinata?


—Eh? ¿A qué viene esa pregunta? –Respondió Naruto desencajado.


—Dime, ¿la amas o no?


 —Yo…  –Naruto hizo una pausa. Miró hacia el suelo, luego hacia el techo. Luego, con una mirada de tristeza respondió– Es que… yo… no lo sé. Ya no lo sé.


—No quieres lastimarla.


—Es que… yo… no lo sé…


—Es Sasuke ¿cierto? –Gaara miró serio a un Naruto atónito.- ¡Contéstame!


—Yo…


        En ese instante un ruido se escuchó detrás de la puerta. Gaara se levantó deprisa, y abrió la puerta bruscamente. Detrás de ella, se encontraba Temari, quien al verse “descubierta” puso cara de terror y luego sonrió pícaramente a su hermano:


—Estemm… vine a preguntar si querían un poco de té.


—No. Lárgate de aquí. –Gaara se notaba enfadado.


—Temari… yo ya me iba. –Aprovechando la intromisión, el rubio comenzó a juntar sus cosas a la velocidad de un rayo.


—Naruto, espera… –el  joven de Suna trató de detenerlo, pero Naruto fue más astuto.


—Nos vemos Gaa, Temari. –Naruto hizo un gesto de despedida y caminó rápidamente hacia la puerta principal.


—E… espera! ¡Te acompaño a la puerta!– dijo Temari corriendo detrás suyo, quizás para librarse de la furia de su temperamental hermano pequeño.


         Naruto se fue sin más. Al cerrar la puerta, Temari dio la vuelta.


— Por tu culpa se ha ido. ¿Quieres decirme por qué me espías?  –Gaara estaba más serio que de costumbre.      



 —Gaara, creo que no soy yo la que debe dar explicaciones. ¿Qué fue todo eso?     



Fin capítulo 3   



                                 




30/05/2014


          Capítulo 4 – Temari.









         Una joven rubia estaba inmóvil, parada frente a la puerta, y mirando con intriga a un adolescente pelirrojo.


—Estoy esperando Gaara. ¿Qué fue todo eso?


—Eso no te importa –Dijo el joven desafiante, cruzándose de brazos.


—No soy tonta Gaara. ¿Qué te traes con ese chico?


— ¿Desde cuándo nos estabas espiando?


—Acaso tú y ese chico…


         No hay respuesta por parte del pelirrojo, quien la ignora completamente.


—Ven aquí. –Temari tomó del brazo a su hermano y lo sentó en el sillón. Para ser una chica, tenía bastante fuerza. Luego se sentó enfrente de él y le dijo con firmeza: —Ahora escucha niñito malcriado, mientras Kankuro no esté yo soy tu hermana mayor. ¿Entiendes? Puede parecer que no, pero en verdad me interesa mucho lo que te pase, y me lo vas a decir si no quieres que llame a Kankuro en este instante.


       Gaara guardó silencio.


—Escúchame Gaa… –Esbozó Temari resignada—Sé que no nos llevamos del todo bien… pero… puedes confiar en mí.


     Su hermano permaneció inmutable.


—Está bien…como tú quieras hermano.


           Finalmente la rubia cedió, y se fue a su habitación. Sabe que perdió una nueva batalla, de muchas… Gaara era una persona solitaria y muy difícil de llevar. El mismo Kankuro no podía con él. Temari se recuesta y con un suspiro mira hacia el techo: “Si no me lo dices, tendré que averiguarlo”.


          Llegó un nuevo día y la cafetería Nara abrió sus puertas. La simpática camarera TenTen  despejaba una mesa mientras cantaba, pero otra voz femenina la interrumpió:


―Hola.


―Hola, como está señorita. ̶  Respondió TenTen amablemente.̶  Siéntese, enseguida le traigo la carta.


―Eh… no voy a consumir, en realidad busco a Naruto, ¿él está aquí?


―Emmm… pues…  sí, pero está arriba limpiando las salidas de aire. Un momento, voy a buscarlo. ¿Quién lo busca?


―Soy Temari.


       Dentro del café, Shikamaru hacía cuentas  y apuntes, hasta que por casualidad vio, a través del ventanal que da a la calle, a la preciosa rubia en la cual no había podido dejar de pensar desde que su empleado y amigo Naruto los presentó. Temari era muy sexy, y vestía sexy. Ahí estaba, con un vestido morado y corto que dejaba a la vista sus largas y blancas piernas, y un escote que revelaba más de lo que Shikamaru podía soportar. Sin dudar, el moreno dejó lo que estaba haciendo, se quitó el delantal  mirándose al espejo, y sin más salió a hablarle, claro que  no era su fuerte, pero no podía dejar pasar esta oportunidad.


―Hola Temari. ¿Viniste por un café?  ̶ Dijo Shikamaru un poco nervioso.


―Emmm… ¿te conozco? ̶ La muchacha lo miró extrañada.


―Yo… ̶  El moreno quería que la tierra lo tragara. Por suerte desde adentro llegaba alguien a “rescatarlo”.


―Hey! ¡Temari! ̶  Gritó Naruto muy feliz.


―Naruto, ya te dije que no grites  ̶ Lo regañó su jefe.―Asustas a los clientes.


―Y tú que haces aquí, Shika… ¡¡Ahhhh!! Ya sé. Creo que algo morado y ceñido te trajo hasta aquí…eh?‒El joven Uzumaki le guiñó el ojo a su jefe.― Temari, ¿recuerdas a Shikamaru? Los presenté una vez.


―Oh, lo siento… Shikamaru. Estoy con la cabeza en otro lado. Necesito hablar contigo Naruto… Si puede ser… a solas.‒ El rubio miró a Shikamaru.


―Está bien, hablen tranquilos. Pero no tardes demasiado. Temari, encantado de verte.‒ El patrón hizo un saludo  y se retiró a sus tareas.


           Naruto y su amiga se retiraron a hablar a una banca que estaba cerca. Mientras Shikamaru trataba de concentrarse, llega Kiba para interrogarlo:


―Jefe, ¿quién es esa mujer que vino a buscar a Naruto?


― ¿Para qué quieres saberlo?


―Bueno, no es que me importe pero… ¡Está hermosísima! Y es rubia igual que Naruto, ¿Acaso serán parientes?


―No, no son parientes. Y ten cuidado cuando hables de Temari, ella es una dama.


        En ese momento aparece Hinata, visiblemente cansada y con un limpiavidrios en su mano.


― ¿Y Naru? ‒Dijo la chica.― ¡Me dijo que volvía enseguida y no terminó de limpiar las salidas de aire!


―¡¡Vino a buscarlo una chica guapísima!! ‒Gritó Ten Ten desde el medio del salón.


―Una chica… ¿Qué chica? ‒un pequeño soplo de celos se vio en el rostro de Hinata.


―No te preocupes ‒Dijo Shikamaru tratando de no crear confusión.― Sólo es una amiga.


―Ah…ya veo.‒Esbozó la chica con ojos perla. Se quedaron pensativos un instante.


―Al final, ¿están trabajando o no? ‒Dijo el Nara ya un poco fastidiado.―Kiba, en vez de estar aquí de baboso termina de limpiar las salidas de aire que dejó Naruto sin terminar. Hinata, termina con los vidrios de arriba y luego baja y ayuda a TenTen con los clientes. ¡A trabajar!


     Sin decir mucho, los tres obedecieron. Ya arriba, Hinata se ató un pañuelo azul en la cabeza y con la esponja sacaba brillo a los cristales, y Kiba se subió a un banquito y con un plumero comenzó a limpiar. En un movimiento brusco, cayó bastante polvo dela rejilla y le cayó en los ojos al joven.


―Ouch!! ¡Mis ojos! Esto es horrible… ¿Por qué tengo yo que hacer el trabajo de ese idiota?


―Ese idiota… es mi novio.‒Dijo la chica.


―Ah… sí. Lo siento‒Contestó él aun fregándose el ojo.


―No pasa nada.‒Hubo un ligero silencio.― ¿Dime, en serio era muy guapa la chica que lo vino a buscar hoy?


―Mmmm… no realmente.


―No me mientas.


―Bueno, quizás era linda, y estaba vestida para el infart… eh digo…‒Pensó un momento en qué decir. Luego se puso serio.―En serio… no te preocupes Hina. Tú eres más linda.


         Mientras tanto, los dos rubios mantenían una charla en aquella banca que lindaba el café Nara. Temari escucha y se enternece ante un Naruto que nunca pensó que vería.


―…Y allí abrimos la puerta. Y bueno, estabas tú y me puse nervioso. Por eso me fui. Eso fue lo que pasó. ‒El joven terminaba de dar una larga explicación.


― ¿Eso es todo?


―Sí.


―Está bien, pero aun así hay algo que no me has dicho.


― ¿Qué?


―Dime… ¿Quién es  Sasuke?



Fin del capítulo 4





04/06/2014


Capítulo 5 – Sasuke







       Temari miró inquisidoramente al amigo de su hermano, que daba vueltas y no respondía a su pregunta, y le dijo:


― Si no me dices quién es Sasuke, está bien, no importa, puedo preguntarle a otro. Hinata, por ejemplo. O quizás esa chica de los bombones en la cabeza. Si tiene que ver con Gaara, entonces lo averiguaré.No hace falta que te lo diga Naruto. Los oí cuando estaban hablando. Y… sinceramente me pareció que…


―Hace un tiempo, Sasuke ganó una competencia de esgrima. ‒Dijo el rubio interrumpiendo a la chica.‒ El premio era mucho dinero, que Sasuke utilizó para comprar un pasaje a Alemania, y muchas cosas para su viaje. Su hermano Itachi vive en Alemania, ¿sabes? Quería terminar los estudios allí,  aprender el idioma, y luego conocer toda Europa… él quería ser alguien de quien su padre se enorgulleciera. Desde pequeño Sasuke se sintió ignorado por su padre, ya que el mejor siempre era Itachi, siempre Itachi, el niño prodigio, el ejemplo a seguir, el gran orgullo de la familia…‒Naruto miró a Temari, quien escuchaba muy atenta. Suspiró, y luego prosiguió su relato.―En fin, Itachi consiguió un trabajo como docente en una  universidad alemana muy prestigiosa. En la misma que Sasuke consiguió aplicar. Y cuando recibió el telegrama de que había aprobado los exámenes de ingreso, su padre por fin empezaba a considerar a su hijo menor. Todo era felicidad.


― ¿Era?


―Sí, “era”. ‒Dijo Naruto con melancolía.―Hasta yo estaba feliz. Sasuke era mi mejor amigo, casi mi hermano, yo quería lo mejor para él… aunque eso implicara separarnos. Yo nunca tuve dinero para estudiar, siempre tuve que trabajar. Pero Sasuke me enseñaba todo lo que podía. Me enseñó álgebra, historia, literatura… ¡hasta me enseñó inglés! Él no sólo es mi amigo, es mi maestro, mi compañero y mi única familia.


― ¿Tu única familia?


―Sí. Mi madre, Kushina y su madre, Mikoto eran grandes amigas. Sasuke y yo nacimos casi al mismo tiempo, y crecimos juntos, jugábamos juntos cada vez que nuestras madres se reunían. Cuando mi madre murió, Sasuke fue el único que cuidó de mí. Gracias a él no estaba solo. Hasta el accidente.


―Cual… ¿Cuál accidente?


―Fue exactamente hace un año. Yo me levanté temprano ese día, y fui a la casa de Sasuke, a despedirlo. Ese día partía hacia Alemania. Luego de abrazarnos, y despedirnos con buenos deseos, él, sus padres y su chofer subieron a un auto. El auto arrancó, y fue la última vez que vi a sus padres. Camino al aeropuerto, colisionaron con el camión de un conductor borracho. Sólo Sasuke y el chofer sobrevivieron.


―Qué terrible… pero ¿qué pasó con Sasuke?


―Estuvo inconsciente unos días. Itachi vino urgente desde Alemania. Yo iba todos los días a ver a mi amigo al hospital, y me mataba verlo así, dormido, entubado... Hasta que un día entro a la sala donde estaba internado y Sasuke estaba ahí sentado. ¡Estaba consciente y bien! Me alegré tanto, corrí a abrazarlo, sentí que hasta podría bes… digo… estaba eufórico. Pero cuando quise tomarlo para abrazarlo, él… me empujó violentamente, y me dio un puñetazo en la cara.


― ¿Qué? ¿Por qué hizo eso?


―Eso le pregunté yo. No obtuve respuesta. Me insultó y me dijo que me fuera y que no me quería ver nunca más. Yo estaba estupefacto. ”No te quiero ver, ¡no quiero ver a nadie! No vuelvas más” me gritaba como si estuviera loco, o en medio de un ataque de nervios. Las enfermeras vinieron enseguida, me pidieron que me fuera, y lo sedaron. Afuera me encontré con Itachi. Me dijo que él estaba presente cuando Sasuke despertó, y que a él también lo había despreciado, hasta le lanzó un control remoto que estaba a la mano, pero pudo esquivarlo. Nadie podía calmar a Sasuke.


―Debió ser por el trauma del accidente.


―Eso pensamos, pero luego pasaron los meses, y aún no quiere ver a nadie. Después de un mes volvió a su casa. Itachi se quedó con él para cuidarlo. Pero ya no es el mismo Sasuke, el que yo conocía era alegre y feliz. El de ahora es oscuro y triste. ‒Naruto sintió ganas de llorar, y sus ojos se llenaron de lágrimas.―Fui cinco veces a verlo a su casa la primera semana. Veinte veces el primer mes. Todas las veces me echó. En las primeras oportunidades Itachi me hacía pasar a la casa, y trataba de mediar para que hable conmigo, en las siguientes, me dejaba en la entrada y golpeaba la puerta de Sasuke un rato, ya las últimas veces apenas si abría la puerta y me decía “Le preguntaré”, pero siempre me terminaba diciendo “Naruto, lo siento, él no quiere ver a nadie”. Y la última vez fue devastadora para mí. Itachi me pidió que no volviera más. Nunca pude ver a Sasuke, pero en algunas oportunidades pude escucharlo gritarle a Itachi, ordenándole que me echara.


―Y ahora él…


―Aún llamo a Itachi a veces. Ya no insisto con verlo, pero le envío mensajes a su celular,sólo para saber cómo está. Por supuesto, nunca me los responde. Y sigue ahí, encerrado, sin querer ver a nadie, ya no va a la escuela, ni sale a pasear. Su hermano le deja las comidas en la entrada de su cuarto, ya que no quiere bajar a comer. No habla con nadie, sólo con Itachi cuando es necesario.‒Una lágrima cayó por la mejilla de Naruto.―Pero no ve a nadie más. Es como un zombie.


―Qué triste. No, no llores. ‒Temari seca las lágrimas de Naruto y lo abraza tiernamente. En ese momento, Temari comprendió lo que Naruto, sin saberlo, sentía. Las piezas empezaban a encajar, en su mente. Desgraciadamente, si sus sospechas eran ciertas, su hermano no tenía ninguna posibilidad con ese tierno chico de ojos azules. Y de pronto, de la nada, algo vino a su cabeza: alguien que quizás pueda pagar un precio más alto que Gaara.


"Hinata..."




Fin del capítulo 5









25/10/14


Capítulo 6


La verdad.










Temari volvió a su casa. Entró a su habitación, cerró la puerta, y se tiró en la cama con un gesto de extremo cansancio. En todo el día restante desde la conversación con Naruto, no paró de pensar. Cuando escuchó la riña entre Gaara y Naruto, estuvo segura de que había "algo" entre los dos. Cuando Gaara le preguntó por su amor por Hinata, el dudó, o quizás no. ¿Será que en realidad Naruto esté confundido? No. ¿O sí? Claro que ... Justo cuando estaba a punto de caer dormida entre esos pensamientos, su hermano llamó a la puerta.


―Temari. ―Dijo el chico tímidamente, golpeando la puerta.


―Gaa...―Susurró la chica reincorporándose.― Pasa.


―No hace falta. sólo quería saber que habías llegado. ―Dijo el joven retirándose.


―Espera hermano...


―No quiero hablar sobre eso.


―Sé que no. Yo sé que quizás no soy la mejor hermana, y sé que no soy mamá. Pero trato de entenderte. Quiero entenderte. Por favor, déjame ayudarte.


Gaara suspiró. Se sentó al lado de  Temari y dijo:


― Te voy a decir lo que quieras saber ahora. Y cuando responda todas tus dudas, me dejarás en paz.


―Está bien.


―¿Qué es lo que quieres saber?


―Bueno... yo. -La chica se sonrojó, no encontraba las palabras para expresar sus dudas, o mas bien, sus certezas. ―Lo siento... no sé como.


―Quieres saber si hay algo entre Naruto y yo.


―Ehh? Bueno, sí. -Respondió Temari sorprendida.


―No. No hay nada entre él y yo. Pero temo que tengo sentimientos verdaderos hacia él.


Temari miró a su hermano y vio que sus ojos color jade brillaban. Era cierto. Gaara sentía verdadero amor por Naruto. También se dio cuenta de que había muchas posibilidades de que el amor de su hermano fuera correspondido.



―Hermano -Dijo la joven decidida.― No quiero verte sufrir por alguien que no lo merece. Y tampoco me gustaría que hagas sufrir a alguien más. Pero si crees que algo es genuinamente tuyo, ve por él.


―¿De qué hablas?


―Lo sabes bien.


Gaara miró al suelo. 

―Hinata... - Susurró el joven con la mirada perdida. Luego se levantó y   
 caminó hacia la puerta.

―Gaa, ya no voy a entrometerme más. Pero debes hablar con Naruto y decirle lo que sientes antes que todo se complique más. Prométeme que lo harás, ya no soporto verte así.

   Sin decir nada, el joven se fue. Temari no pudo decirle su presentimiento, decidió no inmiscuirse y dejar que su hermano diga lo que tenga que decir, y que Naruto decida. 

―Sea quien sea a quien elijas, más te vale decir la verdad, Naruto - Pensó la rubia para sí misma- Ya no quiero ver a mi hermano sufrir... 


Mientras tanto, en el aeropuerto ubicado del otro lado de la ciudad, el prestigioso profesor universitario Itachi Uchiha, acompañado de su mayordomo, esperaba ansioso la llegada de un vuelo proveniente de Rusia. 

―Ya 10 minutos tarde... ¿Dónde está? 

―Calma, joven. quizás se retrasó el vuelo. ¿Quiere que vaya a preguntar si este vuelo tiene algún inconveniente?

―Sí, por favor, averigüe qué pasa. 

― Calma. Yo sé que vendrá.

―Eso espero, Ed. Es mi única esperanza.

Asintiendo, el mayordomo se retira. De repente, el joven azabache ve que un avión se dispone a aterrizar. En los altavoces, la voz de un hombre recita: "Vuelo proveniente de Moscow por plataforma 6, repito vuelo proveniente de Rusia, Moscow, pasajeros arribarán por plataforma 6". Emocionado, grita dando la vuelta:

―¡Edward! ¡Ya está aquí, ese es su vuelo! 




Fin capítulo 6





27/12/14

Capítulo 7- Él no me ama.









Como todos los días, la cafetería Nara volvió a abrir sus puertas. Mientras esperaba a sus empleados, Shikamaru hacía cuentas y balances, como siempre. De pronto, suena el teléfono.


―Cafetería Nara, donde servimos con una sonrisa en la cara.

―Shikamaru. Soy Hinata.

―Ah, Hina, ¿sabes que este número es sólo para los clientes y los pedidos mayoristas?... si quieres hablar con los chicos tienes que llamar al número del gabinete de empleados, ¡el de los empleados!

―Ahh... ¡Sí! Lo sé, pero es que quería hablar con usted. Hoy no creo que pueda ir a trabajar... es que... la verdad no me siento muy bien.

―¿Que te pasa? ¿Estás enferma?

―Un poco.

―Bueno, si es así, puedes quedarte en casa. ¡Ah pero el viernes te quedas haciendo horas extras!

―Si, Shikamaru... lo haré ― la voz de la joven sonaba quebrada, como si estuviera llorando― Dígame, ¿Naruto está ahí?.

―No, es su día libre.

―Ah... entiendo. Adiós.

Espera... Hinata, ¿estás llorando? Hinat...


La chica había colgado el teléfono. Shikamaru quedó preocupado "No hay duda que se puso a llorar, ¿Será algo grave?" "Quizás se cayó o algo así... y si no le envío un médico los del sindicato me van a matar, pero los médicos esos me salen un ojo de la cara." Finalmente, llamó a su empleado más innecesario y le dijo:

―Kiba, ve a lo de Hinata y ve como está por favor, y si está muy mal me llamas así le envío un médico laboral. Ah, y no te tardes demasiado.

―¿Hinata está enferma?

―Así parece. Me llamó que no vendría. Por suerte hoy es un día tranquilo en cuanto a clientes.

―¿Y que hay de Naruto?

―Es su día libre. 

―Pero es su novio y...

―¡Si hago trabajar a Naruto en su día libre los del sindicato me van a poner una multa! ¡¡Dios mío, todo es Naruto, Naruto, Naruto!! ¡No pueden ser más inútiles! ¡¡Haz lo que te dije por favor y trata de no perderte en el camino!! ¡ADIÓS! ― Apenas eran las ocho de la mañana y a Shikamaru ya se le había acabado la paciencia. Para cuando se dio cuenta, Kiba estaba en el pasillo y le habían cerrado la puerta en la cara. 


Más tarde, Kiba llegó a una casa antigua, con bella fachada y flores en las ventanas. Tocó el timbre y esperó un momento. Luego abrieron la puerta:

―Kiba.

―Hinata. 

―¿Que haces aquí? ¿No fuiste al trabajo?

―Sí, Shikamaru me envió para ver si necesitabas un médico.

―Ah... yo estoy bien.

―¿Que te pasó?


―Nada. ―Los ojos de la joven se tornaron vidriosos.

―¿Nada? Hina... ¿estás llorando?

―No... ―Dijo la morena tratando de disimular sus lágrimas, sin éxito.

―Hina, mira como estás, ¿que te pasó? Soy tu amigo. Por favor cuéntame.

―Está bien.

     Ya dentro y más calmada, Hinata permanecía sentada mientras su colega le servía un té. 

―¿Y tus padres?

―En el trabajo.

¿Estás mejor? ¿Está caliente el té?

―Así esta bien. ―Dijo ella luego de un sorbo.― Me siento mejor.

―Que bueno. Sea lo que sea lo que te angustie... ya pasará. 

―Quieres que te cuente...

―Ah.. ¡No! No tienes que contarme sino quieres. 

―Es una estupidez, pero de verdad no quería salir hoy, estaba... algo triste. Es Naruto. Siento que él ya no me quiere.

―Tonterías, él te adora. 

―Ya no me llama por las noches. Me evita completamente.―Dijo la morena entre llantos. Me ignora en el trabajo, y la verdad yo siento que... hay alguien más. Siento que quizás haya otra mujer. La otra vez lo vi charlando con una chica hermosa, pero me dijo que era la hermana de un amigo suyo.

―Ah! sí, el chico pelirrojo. Es verdad,ella es su hermana, Shikamaru me lo dijo.

―Aun así, no quiero que esté con nadie más. Pero no me atrevo a decirle, porque tengo miedo de que se sienta asfixiado y me deje.

―Si no te amara, ¿porqué estaría contigo? Aún no te ha dejado, ¿verdad? Además, eres su prometida, quiero decir... ese anillo te lo dio Naruto, ¿no?

―Es que en realidad... hay algo. Una vez, estaba sola caminando por el distrito de Konohagakure, tenía que visitar a una amiga. Pero unos ladrones se me acercaron e intentaron tocarme. En eso, Naruto los vio y me defendió, y me llevó hasta mi casa. En ese entonces aún no conocía a Naruto, hablamos un poco, y me pareció una persona maravillosa. Durante tres meses hablábamos a diario, y me empecé a enamorar de él. Neji en ese entonces vivía en nuestra casa y decidí contarle de mis sentimientos. 

―¿Y que pasó?

Luego de eso, en una de las visitas de Naruto, él me contó algo horrible que le había pasado a un amigo de él que estaba muy mal en el hospital. Y con toda esa aura emotiva, nos besamos, pero no lo besé con ese tipo de beso "pasional", fue un pequeño beso de consuelo, para que se sintiera mejor, no sé como explicarlo. Por supuesto, a Neji y a mi padre no les gustó nada que él y yo fuéramos tan cercanos. Menos cuando Neji vio ese beso. Le contó a mi padre e hizo que prohibiera que Naruto y yo nos veamos. Fue horrible para los dos, ya que éramos grandes amigos. Después de eso, algo pasó con Naruto, vino un día a casa y me besó con locura, luego me tomó de la mano y les dijo a Neji y a mi padre que desde ese momento yo era su novia. Pero mi padre no se quedó atrás y le dijo: "Está bien, entonces deberán comprometerse." Naruto asintió así sin más, y al día siguiente me dio este anillo, que era de su madre. Fue todo muy...

―Repentino...

―Sí, y hoy cumplimos un año de noviazgo. Como es su día libre, pensé que vendría.

―Ah... ya veo. ― Kiba hizo una pausa para mirar su celular, tenía muchos mensajes de TenTen, seguro Shikamaru ya estaba rabiando.― Hina... ya debería irme si no quiero que Shikamaru me desolle vivo. Pero.. quiero que todas estas cosas que te hacen mal, se las digas a Naruto. Él es muy idiota, sí ¡que chico más idiota! Y la verdad no creo que se de cuenta de la situación. Prométeme que hablarás con él.

―Pero es que... 

―Debes hacerlo, ― Kiba se levantó, y puso sus manos con firmeza en los hombros de la morena si hablas con él seguro reflexionará y todo volverá a ser como antes.

―Está bien.


   Luego de eso, Kiba se despidió y se fue muy apurado, pero sintiéndose muy mal por su amiga. En realidad no quería irse. Hinata se quedó pensando, como siempre, en su amado Naruto. Entre idas y vueltas de su mente, antes de quedarse dormida en el sillón, murmuró para sí misma: ¿Que es lo que nos depara el destino... Naruto?


De vuelta en la cafetería, Shikamaru no recibe muy bien a Kiba.

¡Por fin te apareces! Estaba llamándote al móvil.

Lo sé, pero tenía poca batería.

¿Y al final hace falta un médico o no?

Era sólo un resfrío fuerte.

Menos mal, hoy en día un médico vale oro. Pero vaya niña consentida, no era para que llorara de esa forma. Si me hubiera dicho que estaba resfriada, igual le hubiera dado el día. No quiero mocos sobre el café de mis clientes.

Sinceramente Shikamaru, y te lo digo como un secreto, como amigos. Ella lloraba porque Naruto no fue a verla siendo hoy su día libre y su aniversario. Por eso trata de ser un poco más condescendiente con ella. Está muy mal.

Oh, ya veo. Pero déjame decirte algo Kiba. No es bueno entrometerse en asuntos de pareja.

Lo sé.

Y no es por hacerte sentir mal. Pero yo no miraría a la novia de un amigo. —Al escuchar esto, Kiba se hizo el desentendido—. Ahora, ponte el delantal y ayuda a Ten Ten en las mesas.


El empleado volvió a sus labores, sin duda su jefe tenía rezón, es mejor no entrometerse en temas ajenos.

Fin capítulo 7 




15/01/2015


Capítulo 8 - 

La última esperanza.




 La lúgubre habitación de un joven permanecía silenciosa. Ventanas cerradas. Hace un año que no se encendían las luces allí, excepto por la linterna que a veces esos atormentados ojos usaban para leer. Ese joven tampoco hablaba con nadie desde entonces que no fuera su hermano mayor. Pero a pesar de ser el único ser al que le dirigía la palabra, esto no quería decir que no le guardara rencor.

 "Por tu culpa, Itachi, por querer seguir tus pasos..." 



Desde su cama, el hermano menor de Itachi podía ver el calendario pegado en la pared. Dándose vuelta entre las sábanas, abrió su boca después de largo tiempo de silencio.


―Hoy es... mi cumpleaños. ―Murmuró de forma casi inaudible.


Estiró su brazo hacia la cómoda, tratando de alcanzar su celular, la única cosa que lo mantenía “en contacto” con el mundo exterior. Cuando miró la pantalla, había un mensaje, como todos los días desde hace un año. Su amigo Naruto no dejó nunca de enviárselos, aún cuando jamás le contestaba.



Mensaje 
De: Naruto Uzumaki

Hola Sasuke, sé que no me vas a contestar.

Sólo quiero desearte un feliz cumpleaños. 

Ojalá pronto encuentres el camino de vuelta.

Adiós.




—Naruto... eres un idiota.— Volvió a decir en voz baja, al leer el contenido del mensaje. Sonrió. De pronto, escuchó murmullos, y alguien golpeó la puerta de su habitación. Ya acostumbrado a los silencios y desplantes de su hermano, Itachi iniciaba el monólogo detrás de la puerta.

—Sasuke. Soy yo, Itachi. Espero que estés despierto, en fin, sé que no vas a abrir la puerta, pero, hoy alguien especial ha venido a verte. Esto... bueno, viene desde muy lejos a saludarte por tu cumpleaños. —Pausa incómoda.— Al final, no viniste a ver el pastel que Ed te preparó... pero no te preocupes, aún no lo hemos tocado, así que estas a tiempo. Bueno, nuestro invitado va a quedarse por tiempo indefinido, así que no te sientas presionado, tan sólo...

—¡Déjame en paz! —Gritó Sasuke desde su cama. Con eso debería bastar para que dejen de perturbarlo, siempre funciona. De hecho, Itachi se detuvo, pero luego nuevamente el joven de cabellos negros pudo escuchar que aguien seguía detrás de la puerta, murmurando y murmurando. Creyó oir una voz femenina, otra psicóloga, tal vez. Si ese era el caso, había que reconocerle a Itachi la perseverancia, pensó Sasuke, ya que a lo largo de su año de confinamiento había escuchado las voces de psicólogos, psiquiatras, armonizadores, pedagogos y hasta a una profesora de Reiki.

—Sasuke... soy yo, ¿me recuerdas? ¡Sasuke! —La voz de una jovencita interrumpió los pensamientos del Uchiha. Al oirla Sasuke sintió que se le erizaba la piel.


“Ella...”


No podía creer lo que que oía, no podía ser... ¿o sí? Se levantó de la cama y se acercó a la puerta, tratando de ver algo por la ranura, pero no pudo ver nada. Sintió unas ganas inmensas de abrir la puerta, pero se contuvo. Tampoco quiso responder nada, sin embargo, quería que ella le hablara de nuevo.Un momento más tarde, la voz se volvió a escuchar.


—¡Hey Sasuke!


Los ojos del menor de los Uchiha se abrieron. No había duda. ¡Era ella! A pesar de que pasaron años, su voz estaba intacta. Sin pensarlo, Sasuke se levantó y apoyó su mano en la puerta, y por primera vez, rompiendo con su capricho de sólo responder a Itachi, gritó:


—¡Sakura! ¿Eres tú?

—¿Quién más podría ser? — Respondió ella, con una sonrisa triste en su rostro.


El Uchiha se quebró detrás de la puerta. Con voz temblorosa, dijo:


—Sakura... viniste. Después de lo que te hice... aún así, viniste.


Sakura miró a Itachi y al mayordomo, quienes entendieron que debían retirarse. Se arrodilló y también puso su mano en la puerta.


—Sasuke. Yo... supe lo que te pasó, pero me enteré muy tarde. Fui a Rusia para olvidar, ya sabes. No me enteré de nada sino hasta hace un mes, y...

—Perdóname Sakura.

—Yo... no, no es momento para eso ahora. Olvidemos el pasado.

—Siento... siento que te hice mucho daño. Y que ahora me toca pagarlo.

—Basta. — Pausa— ¿Y qué? ¿Me vas a dejar aquí sentada en el suelo? Quiero verte Sasuke.

—Lo siento, pero no puedo abrir la puerta.

—¿Por qué?

—Temo que ya no soy como el chico que recuerdas.

—Sasuke, es natural. Cuando te vi por ultima vez tenías 17 años. Y hoy cumples ya los 20.

—No me refiero a eso. No quiero que me veas así.

—Sasuke, por favor. Necesito hablar contigo. Si quieres que te perdone, aclaremos las cosas. Pero no puedo hablarte de mis sentimientos a través de una puerta. Sé que hay algo que jamás pudiste decirme. Pero no sé que demonios es, Sasuke. Te lo pido de rodillas... déjame entrar. Y te prometo que volveremos a ser amigos.

—Itachi está allí.

—Itachi se ha ido. Tampoco está tu mayordomo. Espera, cerraré la puerta del pasillo con pasador. Así nadie entrará...


Sasuke escucha una puerta cercana cerrarse. Transpira. Siente taquicardia. Luego de un año, por primera vez dejará que alguien lo vea. “Es justo”, piensa. Con mucho esfuerzo, se para delante de la puerta. Siente miedo. La voz de la joven detrás de la puerta lo empuja una vez más.

—¿Estás listo?


Sakura oye de pronto sonidos metálicos, como de llaves. Del otro lado, Sasuke abre una a una, lentamente, todas las trabas de la puerta. Silencio. El joven termina de abrir la última clavija. Mira hacia el frente. Suspira. Respira.


—Necesito un momento. — Dice Sasuke con clara agitación.

—Tómate tu tiempo.



Mientras tanto en la sala de estar Edward trata de calmar a su amo:


—Estoy tan emocionado Edward, tanta búsqueda no fue en vano, ¡¡funcionó!! ¿Lo has visto? ¡Él le habló!

—Tranquilo, joven... la verdad estoy gratamente sorprendido. Usted tenía razón, esa chica podía hacerlo. Pero... ¿Por qué amo? ¿Por qué esta joven es tan importante?

—No lo sé. Lo que sí sé es que eran amigos en el instituto. Cuando hablé con los profesores de Sasuke, para ver si conocían a algún amigo de él que pudiera ayudarnos con su condición, me dieron su nombre. La profesora Richards me dijo: “Ella siempre estaba junto a él, hasta que ella se mudó a Rusia con sus padres, claro.”

— Me alegra saber que su búsqueda no fue en vano, joven. La doctora Stevens tenía razón. Lo que necesitaba Sasuke era un amigo del pasado, para reconstruir el presente.

—Por supuesto que es buena psiquiatra. Se graduó en la misma universidad que yo. De todos modos, y volviendo a lo anterior... no cabe duda de que esta chica es muy especial para mi hermano.

—¿Usted cree que entre ellos existió “algo”?

— No lo sé. La verdad siempre estuve tan pendiente de mis estudios, y de mis viajes, mis cosas... que jamás me ocupé de la vida de Sasuke. Pero no vendría mal que esta niña y mi hermano estén juntos. Al fin y al cabo, Sasuke ya tiene veinte años, y quizás una familia nueva lo saque de ese pozo.

—La chica es muy bonita.

—Sin duda. Y educada, de buena familia... parece una enviada del cielo.

—De todos modos, no hay que precipitarse.

—Ahora.... pensándolo bien, si Sasuke se casara, sería muy conveniente para todos. Yo no tendría que cuidarlo, y podría volver a ejercer mi pasión: la enseñanza. Él estaría mejor, tendría alguien en quién apoyarse. Y quizás, algún día, hasta me de un sobrino que sea igual a mí. ¿No crees?— Dijo Itachi sonriendo, muy esperanzado.

—No lo sé, señor.

—¡Ja! Yo sí lo creo Edward, sí lo creo. Y también creo que van a empezar a pasar cosas interesantes...




Arriba en el primer piso, luego de minutos de espera, una puerta se abre muy despacio.

—Sasu...ke....



Por fin alguien rompió la coraza. Sakura y Sasuke están frente a frente.


Fin capítulo 8






































martes, 10 de diciembre de 2013

Naruto - ShikaTema - Las aldeas que nos separan

Este fanfic  lo publiqué hace tiempo en fanficlandia. Espero que les guste n.n



Capítulo 1 - La curiosidad de Neji.


Es un día soleado y muy tranquilo en Konoha. Shikamaru camina a prisa pero tranquilo, tratando de no llamar la atención. Camina, aunque quisiera correr, sabe que esa persona quizás ya lo está esperando en el lugar acordado. Así, retraído y ansioso el joven se dirige hacia las afueras de la aldea. Pero alguien interrumpe su marcha:

Neji (corriendo): Shikamaru!! Shikamaru!! Espera!

Shikamaru (con un gesto de enfado): ¿Que quieres Neji?

Neji (exhausto): Tengo un mensaje de la Hokage para ti.

Shikamaru: ¿En serio? Pues que fastidio… Veamos.

MENSAJE:

Joven Nara: En función de que Sakura tiene que asistir a un importante examen médico mañana, y considerando que usted es la única persona familiarizada con el trabajo administrativo que se encuentra disponible en estos momentos , deberá presentarse mañana temprano en mi oficina para reemplazar a Sakura y ayudar a Shizune con dichas tareas. Es sumamente importante ya que hay una gran cantidad de trabajo. Cuento con usted.

Tsunade 5º Hokage


Shikamaru: Tsk, esto sí es un fastidio… pero allí estaré. Adiós Neji.

El joven Nara volteó para seguir su camino, de nuevo Neji lo interrumpió:

Neji: Shikamaru, ¿adónde vas?

Shikamaru (pensativo): Estemm… es que tengo una misión.

Neji: ¿Una misión? ¿No me dijiste ayer que hoy era tu día libre?

Shikamaru (incómodo): Sí bueno, pero ésta es una de esas misiones tontas en donde envían a uno a recoger plantas para hacer las medicinas y eso.

Neji (no muy convencido): Pensé que esas misiones las hacían los Genin…

Shikamaru (muy incómodo): Sí… pero en este momento no hay ninguno disponible para hacerlo, así que lo hago yo. Disculpa Neji, pero no puedo quedarme charlando contigo todo el día, tengo trabajo que hacer. Adiós.

Shikamaru se dio vuelta y emprendió caminata nuevamente. Nervioso ante las preguntas de Neji, pensaba cuán fastidioso era tener que mentir, aunque fuera necesario. También pensaba en que se le hizo tarde y que seguramente esa persona estaba esperándolo. Neji veía como se alejaba, y pensó que Shikamaru estaba muy raro últimamente.


Neji se dirigió enseguida a Ichiraku Ramen, el sabía que Ten Ten, Hinata y Rock Lee estarían ahí. Efectivamente, cuando el joven Hyuga llegó ellos recién comenzaban a almorzar. También estaba Ayame, la hija del dueño de Ichiraku Ramen.

Rock Lee, Hinata, Ten Ten: Hola Neji!!

Ayame: Hola Neji, ¿te sirvo algo?

Neji (pensativo): Si, un ramen regular por favor.

Rock Lee: Neji, ¿te pasa algo? Estas… un poco retraído hoy.

Hinata: Es cierto. ¿Qué pasa hermano?

Neji: Rock Lee, Ten Ten, cuando venían hacia acá… ¿estaban Konohamaru y los otros Genin jugando en el campo de entrenamiento como siempre?

Ten Ten: Pues, sí… si estaban.

Rock Lee: Es verdad sí estaban.

Neji: Ya veo… chicos, ¿no han notado algo raro en Shikamaru últimamente?

Ten Ten: ¿A qué te refieres con “raro”?

Hinata: ¿Acaso ha pasado algo?

Neji (mientras recibe su pedido de ramen): Bueno… hoy Lady Tsunade me pidió que le entregue un mensaje a Shikamaru así que se lo dí. Por mera curiosidad le pregunté adónde iba y respondió que a una misión, pero la Hokage no me dijo nada sobre eso… luego dijo que los Genin de la aldea estaban ocupados y por eso él debía hacer una misión fácil, ¿pero cómo puede ser, si ustedes vieron un grupo de Genins jugando y yo vi otro hace un rato descansando en los bancos de la esquina? O sea… que mintió.

Rock Lee: ¿¿¿TE MINTIÓOO???!!

Hinata: ¿Por qué Shikamaru haría algo así?

Neji: Ése es el punto, Hinata. Shikamaru nunca me había mentido. Es más, hasta fue grosero conmigo, y parecía nervioso. Hay algo muy raro aquí.

Rock Lee: Es cierto, últimamente Shikamaru anda más pensativo que antes.

Ten Ten: Sea lo que sea, no creo que sea nada malo, ¿no?

Neji: No lo sé, pero… no sería la primera vez que un ninja de la aldea de la hoja trame algo en contra de ella. Recuerden a Itachi….

Rock Lee: ¿Estás diciendo que Shikamaru está planeando algo contra Konoha?

Neji: Yo no dije eso, Lee… pero es una posibilidad… de otro modo... no veo porqué mentiría. No lo sé.

Ten Ten: Y… ¿qué piensas hacer?

Neji: Hablar con Tsunade para empezar. No es que me importe mucho lo que haga Shikamaru, pero si trama algo en contra de Konoha, eso ya es algo que nos incumbe a todos.

Fin del capítulo 1






CAPÍTULO 2 - El Secreto de Shikamaru


Shikamaru llega a una cueva a las afueras de Konoha. Como supuso, ella ya estaba esperándolo. Él la vio hermosa, como siempre, pero con una mirada triste.

Temari: Llegas tarde.

Shikamaru (sentándose al lado de Temari): Es que tuve un contratiempo.

Temari (tímida): ¿Qué sucede?

Shikamaru: Bueno… cuando venía Neji me interrogo sobre adónde iba.

Temari (preocupada): ¿Qué le dijiste?!

Shikamaru: Tuve que inventar una historia absurda, dije lo primero que me vino a la mente.

Temari: Pero… ¿te creyó cierto?

Shikamaru: Neji no es ningún tonto Temari, pero lo hecho, hecho está. Es un fastidio. Solo espero que lo pase por alto.

Temari: Shikamaru… ¿esto está bien? Quiero decir… bueno esto podría poner en peligro tu reputación de shinobi.

Shikamaru: ¿Qué pasa Temari? Te ves triste… y nunca te preocupaste por eso.

Temari: Bueno… es que… Kankuro últimamente me pregunta mucho por las veces que salgo de mi aldea. Se me acaban las excusas Shika, y no creo poder manejar esto mucho tiempo más, Kankuro tampoco es ningún tonto.

Shikamaru (enojado): Así que quieres dejarlo todo…

Temari (llorando): No es eso Shika! Es que… simplemente… yo…

Shikamaru (resignado): Dime Temari… ¿Ya no me amas, cierto? ¿O es que ser ninja es más importante para ti que yo?

Temari: Eso nunca! Pero… solo piénsalo. Nuestras aldeas y familias son todo lo que tenemos. Si seguimos con esto, si tu padre o mi aldea se enteran, nunca lo aceptarán. No nos perdonarán. Lo sabes… cierto?

Shikamaru (mirando hacia arriba): Padre…

Flashback : ---------------

Seis meses atrás, Shikamaru y su padre tomaban el desayuno.

Shikamaru: Padre, quiero preguntarte algo.

Shikaku: Dime.

Shikamaru: Bueno padre… es sobre una chica.

Shikaku: ¿Una chica?

Shikamaru (sonrojado): Sí… dime padre, ¿alguna vez te has enamorado de alguien lejano?

Shikaku: ¿Alguien lejano? Bueno Shika, recuerdo que cuando tu madre se iba a alguna misión la extrañaba mucho, pero es algo natural ya que al ser ambos shinobis con el tiempo nos acostumbramos. ¿Quién es esa chica? ¿Es de un clan cercano? ¿Están saliendo?

Shikamaru (incómodo): No, no estamos saliendo, en realidad ni siquiera sabe que siento algo por ella.

Shikaku (riendo): Oh bueno! Apresúrate, antes de que te la ganen. No te corresponderá si no se lo dices, además hace mucho que no hay un casamiento entre los jóvenes de esta aldea, parece que ya nadie piensa en el amor!! Jajajaja!

Shikamaru: Bueno padre, en realidad… no es de esta aldea.

Shikaku: ¿A que te refieres con que no es de esta aldea…?

Shikamaru (desafiante): Pues no.

Shikaku: Escucha, hijo. No sé de quién estés hablando, pero debes olvidarte de ella.

Shikamaru: ¿Olvidarme?

Shikaku: Mira Shikamaru…no están permitidas las uniones ni los romances entre miembros de distintas aldeas.

Shikamaru: ¿Y por qué no?

Shikaku: Hubo un caso muy particular, de un compañero mío que cayó ante los encantos de una mujer de una aldea lejana era muy bella y gentil, pero su aldea aprovechó su encanto y belleza para usarla como espía y enamorar a cualquiera que pudiera darle información precisa. Siguiendo órdenes, ella lo enredó, quitándole información sobre Konoha cada vez que podía. Luego de unos meses, la aldea de donde provenía la chica atacó nuestra aldea, usando la información que su “amado” le había confiado. Por suerte no eran muy poderosos, y pudimos detenerlos. Mi compañero fue castigado y se le quitó el título de shinobi, fue una advertencia para todos. Cuando mi amigo la buscó, le dijo que dejaría todo por ella… pero ella lo rechazó, pues en su aldea ella ya estaba casada. Ya sin su título de ninja, acabado y con el corazón destrozado, y peor aún, rechazado por los miembros de la aldea que sospechaban que él era parte del plan, tuvo que dejar la aldea para nunca volver. No quiero que te pase lo mismo, Shikamaru.

Shikamaru: Yo no soy tan tonto padre. No me fastidies.

Shikaku: Escúchame Shikamaru … Nunca aprobaré una relación como esa!! Habría una gran probabilidad de que pongas en peligro a nuestra aldea!! NO LO PERMITIRÉ! ASÍ QUE SERÁ MEJOR QUE YA NO PONGAS TUS OJOS EN ESA CHICA!! Y si es necesario, lo reportaré con la Hokage. ¿Entiendes?

Shikamaru: Pero…

Shikaku: No hay peros Shikamaru. No quiero hablar más del tema, ni enterarme de nada. O sufrirás las consecuencias. Es por tu bien.

FIN FLASHBACK --------

Temari (triste): Shikamaru… ¿qué es lo que haremos?

Shikamaru (abraza a Temari): No lo sé… es un fastidio. Pero dejémonos de cosas deprimentes. ¿Me has extrañado?

Temari: Sí, tenía muchas ganas de verte. ¿Tú me extrañaste?

Shikamaru: Te lo demostraré.

Shikamaru tomó a Temari por la cintura y le dio un gran beso. Temari lo abrazó muy fuerte. Después de una semana sin verse ni hablarse estaban ansiosos por probar del otro. Era una situación muy difícil para ellos, verse una vez en la semana, y sólo por un momento que nunca pasaba de una hora, escondiéndose del mundo, ocultándose de lo que el corazón gritaba. Mientras besaba a Temari, el joven pensaba que si a Neji se le ocurría indagar más quizás este encuentro podría ser el último. Deseaba a Temari, la deseaba más que nunca, y entre besos y abrazos, se lo preguntó:

Shikamaru: Temari…

Temari: ¿Sí?

Shikamaru (muy sexy): Temari… quiero hacerlo contigo.

Temari: Shikamaru… es que… yo…

Shikamaru: No voy a obligarte si no quieres.

Temari: Si! Quiero… es solo que… quería que fuera especial… no en una cueva, además… no sé cómo hacerlo.

Shikamaru: No te preocupes, si me amas… será especial.

Temari: Si…te amo.

Shikamaru tomó a Temari con fuerza y comenzó a besarla apasionadamente. Esa tarde hicieron el amor por primera vez.

Shikamaru (abrazando a Temari): Eres hermosa Temari. Quiero que seas mi esposa.

Temari: Sabes que eso es imposible.

Shikamaru: Lo sé. Por eso es que estoy tan molesto. Temari, ¿escaparías conmigo?

Temari (seria): Ya hablamos de esto Shika.

Shikamaru: Tienes razón. Lo siento. Temari, me preocupa Neji. Hablaré con él. Si de verdad es mi amigo, él entenderá…

Temari: No lo sé. ¿Y si no lo entiende?

Shikamaru: Confía en mí.

Temari (resignada): Siempre lo hago. Es tarde, deberíamos volver.

Shikamaru: Es cierto, qué fastidio. Me espera mucho trabajo con la fastidiosa de Tsunade mañana temprano. Pero me reconforta saber que te veré pronto.

Temari: Odio las despedidas… ¿hasta cuándo tendremos que escondernos?

Shikamaru (triste): No lo sé. Vamos.

El joven tomó a Temari de la mano y caminaron juntos unos metros.

Shikamaru: Adiós Temari. Es tan fastidioso que nos den solo un día libre en la semana… desearía verte más seguido.

Temari: Es nuestra vida de shinobis. Adiós Shikamaru.

Se besaron y siguieron su camino. Shikamaru se apresuraba en volver, quería disculparse con Neji y contarle la verdad. Temari pensaba una nueva excusa para evadir a Kankuro. Ninguno sabía que su amor se pondría a prueba muy pronto…


Fin del capítulo 2






Capítulo 3- Un malentendido

Después de ver a su amada, Shikamaru regresaba a Konoha con un sabor amargo. A lo lejos, ve a Ten Ten que se acercaba.

Shikamaru: Ten Ten!!

Ten Ten (aprovechando el momento para indagar): Hola Shikamaru, ¿de dónde vienes? Hoy no estuviste por aquí, ¿verdad?

Shikamaru (evadiendo la pregunta): Eso no importa ahora, dime, ¿Has visto a Neji? Lo necesito con urgencia.

Ten Ten: Pues… sí, está entrenando con Lee. Pero dime en dónde estabas! Espera… Oye!!!!

Shikamaru (se va corriendo): Nos vemos Ten Ten!! GRACIAS!!!

Ten Ten (Con gesto de derrota): Pfff… Se escapó. ¿En qué lío estarás metido esta vez Shikamaru?

El joven Nara fue lo más rápido que pudo a buscar a Neji, pero sólo estaba Lee en el campo de entrenamiento.

Shikamaru (cansado): Lee! Neji no está contigo?

Lee (mientras hacía una ronda de quinientos saltos): No!... él… está… con la… Hokage!!

El joven corrió hasta la oficina de la Hokage. De lejos, vió a Neji saliendo del lugar.

Shikamaru (cansado): Neji, necesito hablar contigo.

Neji: Sí, yo también.

Ambos se fueron a un lugar más tranquilo para charlar. Neji estaba ansioso por descubrir la verdad.

Shikamaru: Neji, quiero disculparme por la manera en la que te traté hoy.

Neji: Mira Shikamaru, no quiero vueltas. Dime la verdad.

Shikamaru (sorprendido): Así que… te diste cuenta.

Neji: No necesito de mi Byakugan para darme cuenta de que estás ocultando algo. No soy tonto, Shikamaru.

Shikamaru: Y…supongo que entonces ya te diste cuenta de qué se trata.

Neji (refiriéndose tácitamente a Itachi) : Aún no estoy seguro. Pero lo que sí sé es que esto ya ha pasado antes.

Shikamaru (supone erróneamente que Neji se refiere al desterrado amigo de su padre):¿ A qué te refieres?

Neji (desafiante): A que si tramas algo que ponga en peligro la seguridad de nuestra aldea, ten presente que haré cualquier cosa para detenerte. No importa si tengo que arruinar tus planes, herirte o incluso matarte. No importa lo que pienses o sientas, en esta aldea hay muchas personas apreciadas por mí, Ten Ten, Rock Lee, Hinata, Naruto, todos ellos están aquí, y los defenderé. ¿Entiendes?

Shikamaru (piensa que Neji sabe de su romance y que se refiere a eso): Entiendo. Te diré algo Neji, haz lo que quieras, como dijiste, ya no importa lo que yo piense o sienta. Hoy venía a decirte la verdad, y no sé cómo lo hiciste, pero veo que estás bien informado. Y si esa será tu postura, creo que ya no tenemos nada de qué hablar.

Neji: Shikamaru, si llego a descubrir algo raro, se lo diré a Lady Tsunade.

Shikamaru: No me importa si quieres ser el soplón de Tsunade. Yo estoy seguro de mí mismo. Adiós Neji.

La charla resultó un malentendido, no es fácil lograr una conversación coherente cuando las dos personas son tercas. Shikamaru se fue con un salto y no dejaba de deducir como su compañero se había enterado de su romance con Temari… Neji pensaba que será eso que planeaba Shikamaru, en qué lío estaba metido, qué pasaba por su mente.

Pasó la noche y dio lugar a un nuevo día en Konoha. Shikamaru se preparaba para un día de labores con Lady Tsunade. Mientras tanto, Neji se reunía con Rock Lee para entrenar.

Rock Lee: Buenos días Neji.

Neji: Buenos días…

Rock Lee: Ayer Shikamaru te andaba buscando.

Neji (con cara de fastidio): Sí, lo sé. Ni me lo recuerdes.

Rock Lee: ¿Acaso pasó algo?

Neji: Hablamos anoche y le dejé bien en claro lo que pensaba… creo que no lo tomó muy bien.

Rock Lee: ¿Y le dijiste a Tsunade sobre Shikamaru?

Neji: Ayer fui con la Hokage para eso, pero al final no se lo dije. No estoy muy seguro de lo que trama Neji, quiero averiguarlo primero y según lo que sea, se lo diré o no.

Rock Lee: Ya veo… estoy de acuerdo con eso, no hay que alertarla si no sabemos nada. Pero… ¿cómo harás para averiguarlo?

Neji (sobradamente): Pues… ya tengo un plan.

Fin del capítulo 3





Capítulo 4 - Kankuro pierde la paciencia.

Temari ve el amanecer desde su ventana. No pudo dormir en toda la noche pensando en Shikamaru. El día anterior él la había hecho mujer… ella sólo podía pensar en sus caricias, en su cuerpo varonil, en los besos. Por primera vez se planteó que quizás la idea de dejar su vida de Jounin y escapar hacia una vida tranquila al lado de Shikamaru no era tan descabellada. Shikamaru era todo un hombre, ella estaba enamorada, pero aún más importante: él estaba loco por ella. De repente sus pensamientos e ilusiones con el chico de sus sueños se desvanecen y vuelve a la realidad. Alguien llama a su puerta:

Kankuro: Temari abre la puerta. Sé que estás ahí.

Temari (abriendo la puerta): Kankuro, pasa.

Kankuro: Entrando a la habitación. Cierra la puerta Temari. Necesito hablar contigo.

Temari (enérgica): Kankuro si vienes de nuevo a preguntar estupideces y a meterte en mi vida mejor ya vete. ¿No crees que ya estoy grande para que me trates como a una niña?

Kankuro. Temari, no es mi intención meterme en tu vida. Pero aunque ya eres mayor de edad, eres mi hermana menor y estoy preocupado por ti. Que mal agradecida eres, hermanita.

Temari (muy fastidiada): ¿Que quieres Kankuro?

Kankuro: Dime Temari… ¿en dónde estuviste ayer?

Temari (enojada): Lo sabía!!!

Kankuro: Tranquila. No se lo diré a nadie. Ni siquiera a Gaara.

Temari: No sé de qué hablas, siempre te digo lo mismo, sabes que siempre aprovecho mi día libre semanal para recoger hierbas en el bosque. Sinceramente no veo porqué me preguntas siempre lo mismo. Escucha Kankuro, esta vez te lo dejaré pasar, pero si vuelves a insistir…

Kankuro (interrumpiéndola): Temari… te doy una última oportunidad.

Temari (desafiante): Ya te dije que no sé de qué hablas!!!

Kankuro (susurrando para sí): Está bien Temari. Te dí tu oportunidad.

Temari (Apoyándose en la ventana y mirando hacia afuera): Ya no quiero que vuelvas a molestarme. Gracias por venir pero tengo cosas que hacer. No quisiera que estemos enfrentados por una tontería, Kankuro.

Kankuro (con una sonrisa): Antes de irme, quiero hacerte una pregunta más…

Temari (mirando hacia afuera, como restándole importancia): Ufff… que fastidioso eres. Dime.

Kankuro (irónico): ¿En donde están las hierbas que recogiste ayer? Al decir verdad hace meses que recoges tus hierbas, pero nunca vi ninguna.

Temari (sorprendida se da vuelta a ver a su hermano): Estemm… mira Kanku…

Kankuro (acercándose a Temari e interrumpiéndola violentamente): Ya no inventes!!

Temari (asustada): ¿Kankuro?

Kankuro (tomando a Temari con fuerza del brazo, inmovilizándola): Escúchame bien Temari. Ya lo sé todo.

Temari (tratando de zafarse): Suéltame!! Me lastimas!! ¿Qué es lo que sabes? Kankuro!

Kankuro (sonriendo y susurrándole al oído): Sé que te estás revolcando con un tipo de Konoha.

Fin del capítulo 4






Capitulo 5 - Un pequeño favor


Temari se sorprende al escuchar lo que le dijo su hermano. ¿Cómo lo supo? No lo entendía. Allí mismo, se sentó a llorar.

Temari (llorando): Está bien. Me rindo. ¿Pero… cómo lo sabes?

Kankuro: Quizás alguien te siguió…

Temari: Cómo pudiste…

Kankuro (abrazándola): No llores Temari. Mírame. No estoy para nada enojado. Es más, aunque las relaciones entre gente de distintas aldeas están prohibidas, es posible que lo acepte, ¿sabes?

Temari (calmándose): ¿En serio?

Kankuro: Sí, sólo tienes que hacerme un pequeño favor.

Temari: ¿Qué quieres?

Kankuro: Guardaré tu secreto si me traes los planos actualizados de Konoha.

Temari: Los planos... ¿Para qué los quieres?

Kankuro: Ay… Temari. Ese chico de verdad hizo que vivieras en una nube. ¿Verdad? ¿Qué no sabes que la aldea de la hoja cuenta con más shinobis que nosotros, con un nivel mucho más alto que el nuestro? Salvando a Gaara, por supuesto. Aprovechando que estás en una relación con ese chico, puedes tomarlos de prestado. Cuando lo traigas, se lo daré a un experto para que lo copie y luego lo devuelves. Nadie se dará cuenta, y sería como una ventaja para nuestra aldea si llega a ocurrir algo en el futuro.

Temari: ¿Y porqué de pronto te preocupas por el futuro?

Kankuro: Mientras tú juegas a los novios con un crío de la Hoja, sus superiores y los nuestros saben bien que hoy día estamos en desventaja, y la alianza con Konoha nos beneficia más a nosotros que a ellos. En las últimas misiones que las dos aldeas hicieron juntas, no había comparación entre nuestros ninjas y los suyos. Imposibilitados para enviar a Gaara, ya que es el Kazekage, el único ninja con algo de nivel disponible era yo, pero la Hoja tiene demasiados prodigios: Los dos chicos con el Byakugan, Naruto, Kakashi, el idiota de verde que parece un clon de Maito Gai… hasta el chico gordo resultó ser muy fuerte. Me sentí un inútil en cada una de las misiones.

Temari: Kankuro…

Kankuro (con intención): Mira Temari…es lo único que te pediré. Si no lo haces, pondré en duda tu compromiso con la aldea de la Arena. Y lo tuyo con ese chico… bueno, puede que Gaara lo acepte, o puede que no. ¿Quieres que lo averigüe?

Temari (derrotada): Está bien. Los traeré…

Kankuro: Buena chica.

Pasan seis días y Temari y Shikamaru tendrán un nuevo encuentro. Neji había seguido a Shikamaru unos días, pero para su disgusto Tsunade lo envía a una misión. Shikamaru estaba ansioso por ver a su amada. Ella también, pero pensaba en cómo haría para conseguir los dichosos planos de Konoha. ¿Sólo tenía que pedírselos? No… él nunca se los daría. O quizás sí, con un poco de seducción… no. Nunca se los daría. Además ¿qué excusa le pondría? No… ésa no era una opción, pero… si ella iba hacia los planos… Eureka! Con un plan y lista para partir, Temari ve como Kankuro la observa desde una terraza. Ella le pidió que no la siguiera, él le dijo que ya no hacía falta. Emprende camino a su escondite. Usa un jutsu de viento que usa para llegar en mucho menos tiempo, aunque consuma demasiado de su chacra. No importa, todo sea por verlo. Ella llega primero, y la culpa no se siente nada bien. Unos minutos más tarde llega el joven:

Shikamaru (Abrazándola): Temari…

Temari (sin responder demasiado): Hola Shika…

Shikamaru: ¿Cómo has estado?

Temari (cortante): Bien…

Shikamaru: ¿Te pasa algo?

Temari (forzándose a sonreír): No, nada. ¿Tú cómo has estado?

Shikamaru (pensando en Neji): Uff… no tienes idea. Pero es un fastidio. Hablemos de otra cosa.

Temari (abordando en plan, con un poco de timidez): ¿Sabes? Me gustó mucho lo del otro día…

Shikamaru (acercándose a Temari en plan de lo que sea): A mí también… ¿quieres más?

Temari (nerviosa): No! Estemm… quiero decir sí, pero… no aquí.

Shikamaru (extrañado): ¿No aquí? ¿Pues entonces dónde?

Temari: Es que no me gustan los lugares fríos, y esto es una cueva!

Shikamaru: ¿Acaso no te doy suficiente calor?

Temari (sonrojada): Déjalo. Tú no entiendes a las mujeres.

Shikamaru: Que problemática eres. A ver dime lo que quieres.

Temari: Sólo digo que estamos cerca de tu aldea. Podemos escabullirnos por allí, sin que nos vean, y hacerlo en un lugar más cómodo.

Shikamaru (riendo): Ya veo. Te gustan las emociones fuertes eh?! Jeje.

Temari (enfadada): Cállate.

Shikamaru: Está bien por mí. Somos ninjas, sabemos escabullirnos así que si lo hacemos bien dudo que alguien pueda vernos. Podemos ir por detrás de la casa, puedo hacer un jutsu de sombra para abrir la ventana y sin que nadie lo note estaremos en mi cuarto. Te gustará, tiene una cama de dos cuerpos.

Temari (sintiendo que el plan se le arruinaba): ¿Qué? ¿Tu casa?!!

Shikamaru: ¿Tiene algo de malo?

Temari: No… pero… tu madre nos escuchará.

Shikamaru: Trata de no gritar tanto.

Temari: ¿Que dices?!! Eres un tonto. Si tu madre nos descubre dudo que le guste la idea de que su hijo ande en amoríos con una kunoichi de la Arena.

Shikamaru (imaginando la situación): Tienes razón. Qué fastidio. ¿Qué propones?

Temari (persuadiéndolo): Bueno… en mi aldea hay una biblioteca en donde guardamos los planos y otras cosas aburridas, no entra nadie, ahí ponen todas las cosas viejas que nadie lee. He ido varias veces cuando quiero estar sola y jamás nadie ha entrado. Si hubiera un lugar así en Konoha, sería perfecto.

Shikamaru: Pues sí, hay un lugar así en Konoha, pero está dentro del edificio de la Hokage. Como dices, ahí guardan documentos que nadie lee, puro papelerío. Es el lugar perfecto, ahí nadie nos verá. Ya he estado en ese lugar muchas veces cuando fui a ayudar a Tsunade. Es peligroso, completamente cerrado, pero a nuestro favor: hay una ventana en la habitación contigua. Tenemos que entrar por esa ventana, y en el momento justo pasarnos de cuarto.

Temari: Suena difícil.

Shikamaru: La verdad es muy problemático y preferiría hacerlo aquí... pero ya que me lo pediste… ¿Te arrepientes antes de empezar?

Temari (con culpa): Nunca.

Fin del capitulo 5






Capítulo 6: Aventura en Konoha.


Shikamaru se deja persuadir por Temari y deciden hacer su encuentro más emocionante. Salen de su escondite y se dirigen a Konoha. Cuando llegan a la entrada, se esconden tras unos arbustos.

Temari: ¿Cómo vamos a entrar con dos Jounin custodiando la puerta?

Shikamaru: Déjamelo a mí. Quédate al lado de esa pared que rodea la aldea. Te ayudaré a entrar desde adentro usando mi sombra.

Temari: Ok.

Shikamaru (entrando): Hola muchachos.

Guardias: Hola.

Shikamaru ingresa en los jardines de los límites, trepa la pared y desde el punto más alto ve a la kunoichi de la Arena. Con su jutsu, rodea a Temari con una sombra y la desliza hacia arriba. Ya dentro corren por detrás de los árboles. De pronto ven a Kakashi , estaba bajo un árbol leyendo su libro favorito.

Shikamaru (susurrando y tomando a Temari de la mano): Shhh… es Kakashi sensei.

Temari (susurrando): ¿Qué hace ahí?

Shikamaru: No lo sé. Tenemos que salir de aquí. Vamos…

Saltan a través de las copas de los árboles, lo más rápido que pueden. Kakashi se ha dado cuenta de su presencia, pero pensando que era un juego de niños, los ignora completamente. La pareja llega a los aledaños del edificio donde Tsunade ejerce sus tareas. Se colocan detrás de la torre y esperan a que no haya nadie.

Shikamaru: ¿Ves la tercer ventana? Espera a que te dé la señal y corre conmigo, usaré un jutsu de sombra para abrirla y nos metemos.

Temari: Ok…

Shikamaru: Espera… espera… ahora!!!

El joven corrió y con un jutsu muy preciso abrió la ventana desde el interior. Con sigilo treparon hacia a ella, el joven muy caballero ayudó a Temari a dar los últimos pasos.

Temari: Lo logramos!

Shikamaru: Shhh!!! Cállate… todavía tenemos que ir a la habitación de al lado.

Temari: Lo siento.

Shikamaru (Susurrando): Escóndete, creo que alguien viene.

Efectivamente, Sakura venía acompañada de Shizune. Shikamaru y su compañera se esconden detrás de un armario y hacen silencio. Escuchan que la puerta se abre y las dos asistentes de Tsunade ingresan en la habitación cargando apuntes, papeles y libros.

Shizune (lanza un bostezo): Ahhhh…!!! Tanto trabajo me tiene cansada… ¿Por qué Lady Tsunade no tiene piedad de nosotras?

Sakura (Fastidiada mientras guardaba los libros en distintos lugares): La verdad no lo sé. Yo también estoy agotada. Lo peor de todo es que Tsunade llamó al incompetente de Shikamaru para reemplazarme en mi trabajo y lo hizo todo al revés!! Arrggg !! Ahora estoy retrasada por arreglar lo que hizo… La próxima vez le diré que llame a Ino, ella sí sabe lo que hace!

Shizune: Qué raro, ese chico es muy inteligente.

Sakura: Pero sabe poco y nada de cómo se hacen las cosas aquí, el crío hizo lo que quiso en lugar de respetar el orden que estaba en los libros.

Shizune (como burlándose de Shikamaru, mientras acomodaba unos papeles): Bien dice el refrán, “No le dejes a un hombre hacer el trabajo de una mujer” jajaja!

Shikamaru hizo una cara que a Temari le dio mucha gracia, trató de contener la risa, la rubia se puso colorada de la tentación.

Sakura: Es cierto. En fin… espero terminar con todo este papelerío en uno o dos días. Bueno, ya todo está en orden. Vámonos.

Shizune: ¿Quieres venir a cenar conmigo y Tsunade? Habrá ramen y…

Mientras Shizune comentaba el menú y Sakura refunfuñaba, las dos se fueron. Cuando cerraron la puerta, Temari lanzó una carcajada.

Temari: Jajajaja creo que alguien te dijo incompetente.

Shikamaru (enfadado): Cállate y sígueme.

El joven abrió la puerta muy despacio y no divisó a nadie en los pasillos. Viendo que era su oportunidad tomó a Temari de la mano y corrieron a la puerta contigua. Jaló la perilla pero estaba cerrada, tenía que hacer un jutsu para abrirla y su novia estaba asustada. Se escuchan pasos a lo lejos y Shikamaru se pone nervioso.

Temari: Rápido! Alguien se acerca Shikamaru…

Shikamaru: Lo hago lo más rápido que puedo Temari… Ya está!

La puerta se abrió, entraron lo más rápido que pudieron y la cerraron, ya los pasos se escuchaban cerca. La habitación era amplia, estaba llena de polvo, había un escritorio, una silla, una lámpara vieja y papeles y más papeles. Esperaron en silencio. Cuando los pasos se fueron, suspiraron de alivio. Shikamaru miró a Temari… y la vio tan hermosa… estaba pálida del susto, se la veía tan tierna. El joven se le acercó. Temari lo miró a los ojos.

Shikamaru (acercándose a su novia): Sabes… al final esto sí resultó muy emocionante y, aunque es un poco problemático, no me molestaría volverlo a hacer…

Temari: Ni de broma. Acabo de descubrir que ya no me gusta tanto el peligro.

Shikamaru (ayudando a Temari a levantarse): Levántate linda, ya no hay peligro. Ya le puse el seguro a la puerta.

Temari (mirando a su compañero a los ojos): Eres muy guapo Shikamaru.

Shikamaru: Y tú eres hermosa.

Ambos se besan y se dejan llevar. La habitación es como un fuerte: no tiene ventanas, las paredes y la puerta son muy gruesas, se sienten seguros para hacerlo. Shikamaru la desea más que antes, ella se siente feliz, amada, segura. Pero Temari no ha olvidado su verdadero propósito. Mientras Shikamaru la besa, trata de buscar con la mirada, a través de toda la habitación, cualquier cosa que la acerque a su objetivo. A su vez, pensaba en decirle la verdad a Shikamaru y buscar una solución juntos pero… ¿Y si eso lo hacía enojar? ¿O enfrentaba a Shikamaru con Kankuro? Eso sería peor, porque podían pasar dos cosas: Que Kankuro venza a su novio o al revés, o que su hermano le cuente la verdad a Gaara, y si bien el pelirrojo es buena persona y no la juzgaría, a la hora de proteger a la aldea de la Arena era un hueso duro de roer. Y cualquier cosa que pasara, de todos modos la iba a separar de Shikamaru. No, Temari no quería que la separaran de su amado. Lo mejor sería darle los planos a Kankuro y confiar en él. No había otra opción. De pronto, una voz interrumpe los pensamientos de Temari:

Shikamaru: ¿En qué piensas?

Temari: Emmm… nada. Bueno… en realidad pensaba en cómo íbamos a salir de aquí.

Shikamaru: ¿Qué no es obvio? Nos quedaremos aquí hasta el anochecer.

Temari (preocupada): ¿Hasta el anochecer?!

Shikamaru: Sí, cuando todos se hayan ido, nos salimos y ya.

Temari: Pero… recién es mediodía! Si no vuelvo al anochecer… mis hermanos se preocuparán.

Shikamaru: Tranquila, no pasa nada. Hoy es nuestro día libre… Puede que yo tenga que dar alguna excusa en mi casa pero… tú ya eres mayor de edad ¿no?

Temari (Resignada): En eso tienes razón… ya qué importa.

La pareja de ninjas pasó toda la tarde dentro del aislado y abandonado cuarto. Tuvieron tiempo para contarse anécdotas, recordar el pasado, imaginar un futuro juntos, reírse de otros Shinobis… y también para amarse. Así, entre besos y risas, cayó la noche y uno a uno, los shinobis y asistentes de Tsunade abandonaban el lugar.

Mientras tanto, en ese cuarto, Shikamaru yacía dormido. Tanto amor derrochado lo había cansado, y la joven rubia de la Arena aprovecha para buscar lo que le habían encomendado. Buscó sigilosamente, para no despertar a su novio, uno a uno en los estantes… nada. En los cajones del escritorio, dentro de unas carpetas, en el pequeño armario del rincón… nada. ¿Y si los planos no estaban en ese cuarto? Tendría que volver otro día… y volver a usar a Shikamaru, no podía ser. Tenían que estar allí, en algún lugar… de pronto, ve una caja arriba de una biblioteca. Utiliza la silla para alcanzarla. Cuando la logra abrirla, encuentra un gran libro dentro que en su tapa decía “Konoha” y a su lado, dos pergaminos. Revisa el libro… y en una de sus páginas encuentra el jutsu para acceder al contenido de los pergaminos. Eran los mapas de toda la aldea de la Hoja. Temari memoriza el jutsu y esconde los pergaminos. Pone la caja en su lugar y comienza a vestirse. Cuando estuvo lista, despertó a Shikamaru:

Temari: Shikamaru! Despierta! Creo que ya es de noche.

Shikamaru (bostezando): Ahhhh!! Qué fastidio.

Temari: Si, lo sé, pero debemos irnos antes que llegue el amanecer y vuelva la gente. Vístete.

Shikamaru (fastidiado): Ah, está bien.

Mientras todos dormían, la pareja salió del lugar sigilosamente. Shikamaru la ayudó a salir de la Aldea, de la misma forma que habían entrado, sólo que él se quedó dentro. Desde arriba de la gran muralla, Temari saluda al ninja de la hoja. Ella sale de la aldea, con los dos pergaminos escondidos entre sus ropas. Ella no sabe del terrible error que está cometiendo...

Fin capítulo 6






Capítulo 7 - La trampa.

Temari sale de la aldea, con los dos pergaminos. Después de un largo viaje, casi al amanecer, llega a la aldea de la Arena. Se encuentra con su hermano mayor en la entrada:

Kankuro: Te estuve esperando toda la noche ¿sabes?

Temari (sorprendida): ¿Qué haces aquí Kankuro?!

Kankuro (con picardía): Al parecer el crío de Konoha te tuvo muuuuy ocupada ¿verdad? Bueno, por lo menos te tiene bien atendida.

Temari (con vergüenza): No te pases Kankuro.

Kankuro (acercándose a Temari en tono irónico, burlándose de ella): Quién iba a decir que mi hermana menor se convertiría en la zorra de un niño de otra aldea… ¿qué pensarían mamá y papá? Jajaja de seguro no les gustaría nada. Bueno… por lo menos te convertiste en Jounin. Aunque pensándolo bien… ¿Quién me asegura que no te acostaste con algún examinador para conseguir el título, no es así? Jajaja me imagino la cara de nuestro hermanito menor si se llega a enterar… “Sabes qué hay de nuevo Gaara? Nada grave, nuestra hermana se tira a un Chuunin de la Hoja, vaya a saber hace cuánto tiempo, quizás hace años! Y nosotros sobreprotegiéndola como si fuera una santa.”

Temari (Con la cabeza gacha, muy avergonzada): Kankuro… no sabes lo que dices.

Kankuro: Y tú no sabes lo que haces. Pero en fin… ¿es tu vida no?

Temari (apretando el puño, conteniéndose de golpear a Kankuro en la cara): Ya basta!

Kankuro: Está bien, está bien, sólo bromeaba… dime, ¿trajiste lo que te pedí?

Temari (dándole los pergaminos de mala gana): Sí, aquí están. Toma, aquí te escribí los jutsus que se necesitan para abrir los pergaminos. Tienes una semana para hacer las copias, y luego los devolveré.

Kankuro: Dime… ¿cómo lo conseguiste?

Temari: Eso no es de tu incumbencia.

Kankuro: Vamos… sé que me lo dirás de todos modos… y no me moveré hasta que me lo digas.

Temari (furiosa): Hice que Shikamaru me guíe hasta el edificio de la Hokage. Luego me llevó hasta adonde estaban los planos e hicimos el amor allí. Aproveché que se quedó dormido y los tomé. ¿¿Contento??… ¿Ahora me dejarás en paz?

Kankuro: Claro hermanita, tienes camino libre para revolcarte con todo Konoha. Un trato es un trato.

Temari (enojada): Kankuro… yo sólo soy de Shikamaru. Y que te quede bien claro.

Kankuro (irónico): Sólo era un chiste Temari. Nos vemos.

Kankuro se fue. Temari suspiró de alivio. Ahora podría estar tranquila por un tiempo.

Mientras tanto en la aldea de la Hoja, Neji regresaba de su misión. Pasa otra semana y todo seguía calmo, pero no por mucho. El joven Hyuga vuelve a ver a Shikamaru saliendo de la aldea. Era la ocasión perfecta para seguirlo. Decide hacerlo de lejos y aplicar su Byakugan para que él no pudiera darse cuenta de su presencia. Siguió al joven Nara hasta una pequeña cueva, lo que le pareció bastante raro, pero se sorprendió muchísimo más cuando vio quién salía de allí. ¿Qué rayos hacía Kankuro encontrándose con Shikamaru en un lugar como ese? Desconcertado, se acercó para escuchar la conversación:

Shikamaru (totalmente sorprendido): ¿K-Kankuro? ¿Qué haces… aquí?! ¿En dónde está Temari?!!

Kankuro: Mira niño… sólo vengo a decirte que ya no podrás ver a Temari.

Shikamaru: ¿Qué? No entiendo nada…

Kankuro: Mi hermana ya terminó lo que empezó.

Shikamaru: Para empezar, ¿cómo sabes de lo nuestro? ¿Ella te contó?

Kankuro: Ay, Shikamaru… siempre lo supe. No me digas que todavía no te das cuenta…

Shikamaru (confundido): ¿De qué estás hablando?

Kankuro: Temari nunca estuvo ni estará enamorada de ti. Los superiores de Sunagakure la enviaron hacia ti con el mero propósito de seducirte. Por cierto, veo que hizo un gran trabajo, pero como dije antes, la misión de Temari terminó, así que vengo a advertirte que ya no podrás acercarte a ella.

Shikamaru (shockeado): MENTIRAS!! Qué le hiciste a Temari!! ¿En dónde está?!!

Kankuro: ¿Qué no escuchas lo que te digo? Te lo voy a explicar para que lo entiendas… Temari sólo estuvo contigo todo este tiempo, por conveniencia de la aldea de la Arena. Pero ahora su misión terminó y ya no necesita de tus “servicios”, ¿entiendes?

Shikamaru (con los ojos húmedos): No… no te creo.

Kankuro (mostrando dos pergaminos a Shikamaru): Supuse que no me creerías, así que te traje una prueba.

Shikamaru: ¿Qué es eso?

Kankuro: Ya lo verás.

El shinobi de la Arena hizo un jutsu rápido y los dos pergaminos se abrieron, Shikamaru los miró detenidamente. Naturalmente se dio cuenta enseguida de su contenido, y de lo importante que era. Aún así seguía confundido:

Shikamaru: Los planos de Konoha… ¿De dónde los robaste? Devuélvemelos!

Kankuro: Con gusto. Un cartógrafo experto de Sunagakure ya los copió a la perfección, así que no los necesito. En cuanto a tu acusación, déjame decirte que yo no soy ningún ladrón, pues, como verás, no tengo los encantos de mi hermana pequeña.

Shikamaru (desconfiado): ¿Cómo sabría yo que estás diciendo la verdad?

Kankuro: A ver… ¿Quién te pidió que la llevaras hasta el interior del edificio de la Hokage? Deja que yo te responda… tus bajos instintos superaron a tu maravillosa inteligencia, Temari te hizo ojitos y la llevaste hasta donde estaban los planos, y hasta lo hicieron allí. Ella aprovechó el momento en que te quedaste dormido para buscar los planos. Y luego ella misma los entregó en nuestra aldea. Hasta memorizó el jutsu de liberación que se necesita para abrirlos. ¿Quieres que continúe?

El joven de la Hoja no podía creer lo que le estaban contando. Por un momento sintió un escalofrío que recorrió su espalda, y una mezcla de tristeza, incredulidad y confusión invadió su cuerpo. Mil pensamientos y recuerdos venían en ese momento, de algún modo algunos cabos sueltos comenzaron a atarse a gran velocidad dentro de su cabeza. Escondido a media distancia Neji estaba estupefacto. ¿Shikamaru engatuzado? ¿Dónde quedó su inteligencia? Neji pensaba que si todo esto era cierto, definitivamente el amor había atontado a su compañero a tal punto de llevar a una kunoichi de otra aldea a hacer “eso” en el edificio más importante de Konoha. Mientras tanto, frente a la supuesta “realidad”, Shikamaru quedó sin aliento… y cayó arrodillado.

Kankuro (riendo y tirando los planos a los pies de Shikamaru): ¿Quién iba decir que una mujer te iba a hacer arrodillar? Que patético eres. En fin ahí tienes tus planos, y te dí las buenas nuevas así que ya me voy.

Shikamaru (enojado): No irás a ninguna parte. Jutsu de sombra estrangulante!!

Kankuro: ¿Quieres luchar? Muy bien pero eso no te servirá… Kuroari ve!

Kankuro esquiva el jutsu de su rival, su marioneta intenta atacar a Shikamaru pero éste lo evade, salta hasta donde Kankuro y le atina un tremendo golpe en la cara. El ninja de la arena queda sangrando.

Shikamaru: Voy a acabar contigo!!

Kankuro (tocándose la cara): Me las pagarás!! Kuroari atrápalo!

Kuroari toma al ninja de la hoja de un pié y lo arrastra al interior de su barril. En el momento en que lo atrapa, el ninja de la arena recuerda una situación que ocurrió un día antes:

Flashback--------------------------

Kankuro golpea la puerta de Temari.

Temari: Otra vez tú.

Kankuro: Sé que no quieres verme, pero… no puedes negar que yo a mi parte la cumplí. No se lo he dicho a nadie.

Temari: Lo sé. Te lo agradezco. Pero me dijiste cosas horribles.

Kankuro: Ya lo sé. Sólo quería que entendieras que no quiero que te vean como a una cualquiera. Sé que no lo eres, te pido perdón.

Temari: Sinceramente ya no me importa el qué dirán. Pero acepto tus disculpas. Pasa.

Kankuro (entra y se pone cómodo): Siempre pensé que te casarías con alguien de la élite de la Arena, y me darías sobrinos poderosos.

Temari (mientras servía té): Ese fue tu error. No puedes planear mi vida, Kankuro.

Kankuro: Lo sé. Eso quiere decir que lo del niño de Konoha va en serio, supongo.

Temari (le da una taza de té a su hermano): Su nombre es Shikamaru. Y sí, va en serio. Y planeamos muchas cosas juntos.

Kankuro: Lo verás mañana, ¿no?

Temari: Sí.

Kankuro: Sabes que nuestros superiores nunca aceptarían ese tipo de unión. No podrás casarte ni tener hijos con él… al menos en esta aldea. Tendrás que vivir escondiéndote, y si te descubren, deshonrarás nuestra familia.

Temari: No necesito que ni Konoha ni Sunagakure acepten mi relación. En cuanto a lo de formar una familia, tenemos pensado irnos muy lejos y vivir felices. Si me voy con Shikamaru, seremos nosotros dos y nadie más, y no deshonraré ni a tí, ni a Gaara.

Kankuro: Ya veo. Piensas escapar con él. ¿Puedes traerme un poco de azúcar? Odio el té amargo.

Temari: Sí, un momento.

Cuando Temari va a la cocina para buscar el azúcar, su hermano vierte un líquido en su bebida.

Temari (volviendo con el azúcar): Aquí tienes hermano.

Kankuro: Gracias.

Temari (tomando un trago de té): ¿En qué piensas?

Kankuro (mirando a su hermana a los ojos): Quieres dejarnos solos a mí y a Gaara. Quieres dejar a tus alumnos y a tu sueño de ser una gran kunoichi como Pakura. Dejarás todo, nos dejarás… sólo por él.

Temari se quedó en silencio. Sintió un mareo, luego un fuerte dolor, y en ese instante cayó al suelo.

Kankuro: Lo siento Temari, pero no lo permitiré. Algún día me lo agradecerás.

Fin flashback-------------------------------------------

Aún atrapado en el barril de Kuroari, Shikamaru trata de zafarse con todas sus fuerzas, pero queda inmovilizado. Kankuro sella la apertura del barril y extiende filosos cuchillos que comienzan a descender rápidamente sobre Shikamaru.

Kankuro (susurrando para sí): Pagarás por quitarnos a Temari, maldito. DAMA DE HIERRO!!!

Fin del capítulo 7






Capítulo 8 - El rompimiento.
Kankuro lanza una Dama de Hierro a Shikamaru, los cuchillos descienden estrepitosamente hacia él, pero una voz se escucha saliendo del bosque:

Neji (corriendo hacia Kuroari): Palma de viento!!!

Neji interrumpe la Dama de Hierro de Kankuro con su ataque, el golpe provoca que Kuroari abra el barril y Shikamaru es liberado.

Kankuro: Maldición!!

Shikamaru: ¿Qué haces tú aquí?

Neji (irónico): No me des las gracias…

Shikamaru: Neji, tengo que pedirte disculpas, creo que tenías razón.

Neji (En posición de pelea): Ya tendremos tiempo de disculpas… ahora hay un asunto que debemos atender.

Kankuro (subiendo a un árbol): Dos contra uno sería injusto ¿no creen?

Neji: ¡Va a escapar!

Shikamaru: No irá a ningún lado.

El joven de la hoja trata de atrapar a Kankuro con su sombra pero éste lo evade y escapa rápidamente:

Kankuro (retirándose): Nos vemos, ratas!

Shikamaru: ¡Maldito!

Neji: Déjalo. Ya no vale la pena.

Shikamaru dio un fuerte puñetazo al suelo, y una lágrima corrió por su mejilla.

Shikamaru (Para sí mismo): Temari… ¿por qué? ¿Por qué me hiciste esto?

Neji: Shikamaru, ¿estás bien?

Shikamaru: Neji… tengo que decirte la verdad.

Neji: No te preocupes, Shikamaru, ya lo sé todo. Te seguí para averiguar lo que pasaba y… te escuché cuando hablabas con Kankuro. Lo siento.

Shikamaru: Está bien, supongo que tenías razón después de todo.

Neji: No… no tenía razón. En realidad yo pensaba que te habías convertido en un espía o algo así, pero veo que sólo te utilizaron. Aunque fuiste un imprudente en confiar en alguien que no es de Konohagakure, no tuviste la culpa. Te entiendo, créeme, yo también estoy enamorado.

Shikamaru: ¿Ah sí? ¿De quién?

Neji: Eso no importa ahora. En este momento, lo importante es pensar en cómo le dirás a Tsunade que gracias a un amorío que tuviste, ahora Suna tiene una copia exacta de los planos de Konoha. En serio, no creo que estará muy contenta contigo.

Shikamaru (triste): Eso sí será problemático. No puedo creer que esto haya pasado.

Ambos ninjas se dirigen al edificio de la Hokage. Con un poco de ayuda de Neji, Shikamaru le cuenta sobre su relación con Temari, y todo lo sucedido. Obviamente, Tsunade no lo toma para nada bien.

Tsunade (golpeando su escritorio con el puño): Qué hiciste QUÉEEE!!!!?????

Neji: Tsunade sama, escuche, no creo que haya sido culpa de Shika—

Tsunade (interrumpiéndolo): ¡No estoy hablando contigo Neji! Hazme el favor de irte, tú también Shizune, tendré una laaarga charla con Shikamaru, a solas.

Shizune: Está bien. Si me necesita, estaré afuera.

Neji (a Shikamaru): Lo siento, hice lo que pude, adiós!

Tsunade: Neji, no te alejes demasiado. Luego hablaré contigo.

Shizune y Neji abandonan la habitación, Shikamaru sabe que está en problemas.

Tsunade: Tienes suerte de que a Sunagakure no se les haya ocurrido atacarnos. Porque si lo hubiesen hecho antes de que dijeras algo, no hubiera tenido otra opción que desterrarte, y hubiera sido una vergüenza para el clan Nara.

Shikamaru: Escuch—

Tsunade: ¡Silencio! Yo hablo, y tú escuchas, yo pregunto, y tú contestas. ¿Está claro? Por ahora, será mejor que nadie lo sepa, le diré a Shizune y a Neji que tengan completa discreción. Si los ancianos se enteran, querrán encerrarte. Por suerte recuperaste los planos originales, así no sospecharán.

Shikamaru: Entendido.

Tsunade: ¿Hace cuánto que sales con esa chica de la Arena?

Shikamaru: Unos seis o siete meses.

Tsunade: Tiempo suficiente para reunir todo tipo de información. Lo siento, pero tendré que enviarte con los interrogadores Anbu, y mantenerte vigilado unos días. Espero que sepas comprender.

Shikamaru (avergonzado): Lo entiendo.

Mientras Shikamaru es interrogado por los Anbu, Temari despierta en un cuarto oscuro, y lo primero que ve es a su hermano.

Temari (abriendo los ojos): Do- Dónde… En dónde estoy?

Kankuro: Hola Temari.

Temari: Kankuro… en dónde estamos? Ah! ¡Estoy atada!

Kankuro: Tuve que hacerlo, para que no te escaparas.

Temari: Ah! Shikamaru!¡Debe estar esperándome! Déjame ir!

Kankuro: Ya se pasó la hora de tu cita, está atardeciendo. Pero no te preocupes, yo fui en tu lugar. No me gusta hacer esperar a nadie.

Temari: Si le pusiste una mano encima a Shikamaru yo…

Kankuro: ¿Qué harás? ¿Matarme? No te preocupes, no es necesario. Sólo fui a hablar con él, a decirle la verdad, que lo enamoraste sólo para obtener los planos de Konohagakure, por encargo de nuestros superiores claro… en fin… creo que él ya no te quiere. Es más, creo que ya ni es necesario tenerte aquí encerrada.

Temari (llorando): Kankuro… ¿Por qué?

Kankuro (mientras la desata): Lo siento Temari, pero es por tu bien. No puedo dejar que nos abandones.

Temari (recuperándose y mirando a Kankuro con odio): Me voy de aquí. Aún estoy a tiempo.

Kankuro (confiado): Lo dudo. Aunque vayas a buscarlo, él no te perdonará.

Temari: No lo sabré si no lo intento. Adiós hermano. Ya no me verás.

Kankuro: Temari!! ¡Espera!

Temari sale lo más rápido que puede hacia Konoha para buscar a Shikamaru y decirle la verdad. No sabe si le creerá o no, pero no puede quedarse con la duda.
Fin del capítulo 8.





Capítulo 9 - La prisionera 

Temari corría con destino a Konoha para hallar a Shikamaru y explicarle la verdad. Tsunade, enterada de que copias de los planos de la Hoja estaban en poder de la Arena, envía a centinelas a vigilar las fronteras y la entrada, previniendo alguna invasión por parte de Sunagakure. Uno de los vigías ve acercarse a Temari a lo lejos, y da aviso a la Hokage, quien inmediatamente ordena su captura. Dos ninjas van a su encuentro:

Temari (mirando a su alrededor): ¿Quién anda ahí? Salgan, no hace falta que se escondan.

Cazador 1 (saliendo de su escondite): Bien hecho, ninja de la Arena.

Temari: ¿Quiénes son ustedes?

Cazador 2: Señorita, tenemos órdenes de la Hokage, desde ahora usted está aprehendida, y deberá comparecer ante nuestras autoridades.

Temari: ¿Son de la Hoja? Por favor, díganme ¿Shikamaru está bien? Necesito hablar con él.

Cazador 1: Decida usted si vendrá pacíficamente o por la fuerza.

Temari: Pero… Shikamaru!

Cazador 1: No estamos aquí para responder sus dudas, ni para hacerle favores. Si no vendrá por su cuenta, tendremos que obligarla.

Temari: Está bien, iré.

Los dos cazadores la llevaron a un cuarto donde la ataron y quedó en carácter de prisionera. Un captor dio las noticias a Tsunade, quien enseguida fue al encuentro de la kunoichi de la Arena.

Tsunade (acercándose): Pero qué tenemos aquí… una espía muuuy bonita. ¿Cómo has estado, Temari?

Temari: ¿Dónde está Shikamaru?

Tsunade: Escucha niña, la única razón por la cual no dí por enterado nada de esto a tu hermano el Kazekage, es porque siento que hay algo muy raro aquí. No quiero malas relaciones con la Arena, y menos por culpa de dos mocosos.

Temari (sonriendo): Si Gaara se entera de que me hicieron prisionera, vendrá y no dudará en matarla.

Tsunade: No me digas… vaya! Estoy temblando del terror! En primer lugar, se necesita más que arena para vencerme… y en segundo lugar, si le digo a tu hermano que te acostaste con uno de mis ninja, y que robaste los planos de mi aldea, créeme, no estará nada contento… no es así? Que Shikamaru se haya creído la estúpida historia que le contó tu hermano el titiritero, es una cosa. Pero yo tengo la suficiente edad y experiencia como para saber que ni el país del viento, ni Kazekage sama tienen nada que ver con esto. Ahora dime… ¿Por qué hiciste esto? ¿Quién te envió? ¿Fue tu otro hermano? ¿Cuáles son tus verdaderas intenciones?

Temari: Sólo hablaré con Shikamaru. Si él no viene, no diré nada.

Tsunade: Niña, no estás en posición de negociar. Los Anbu son muy persuasivos a la hora de sacar información.

Temari: Usted tampoco está en posición de hacer lo que quiera conmigo. Puede ser que mi hermano se enoje si sabe lo que hice, pero también lo hará si usted o alguno de sus lacayos me ponen un dedo encima. Si tratan de torturarme para que hable, mi hermano lo sabrá. Y para hacer me una hipnosis, tendrán que desmayarme a golpes, porque no cederé.

Tsunade (retirándose): Eres muy ruda niña… pero no creo que Shikamaru quiera hablar contigo. En este momento, ÉL TE ODIA.

Esas tres últimas palabras calaron hondo en el corazón de Temari. Tsunade se retiró, y muy enojada, les ordenó a sus confiables Anbu que no la tocaran ni la interrogaran. Tarde o temprano se cansaría y hablaría. Para sorpresa de la Hokage, la rubia debilidad de Shikamaru no dijo una sola palabra en cuatro días, también se rehusaba a comer y no quiso ni una gota de agua. 

Shizune: Lady Tsunade, es la kunoichi de la Arena. Esto es malo. Si sigue así, morirá.

Tsunade: Tsk, estúpida niña… ¡Llama a Shikamaru en este instante!

Shizune: Pero… Lady Tsunade! E… está segura?

Tsunade: Sí. Y vista la situación, daré aviso al Gaara para que venga a la Hoja. No tengo otra opción. No le digas a Shikamaru de qué se trata. Yo hablaré con él, ahora haz lo que te digo.

Shikamaru estaba recluído en su cuarto desde la vuelta a su Aldea. Había quedado muy golpeado por lo que según él era una traición… no sabía qué hacer o qué pensar. No quería hablar con nadie, ni siquiera con Neji, o Sus compañeros de equipo, y aún peor… no podía sacarse a Temari de la cabeza. De repente, alguien toca su puerta. Era Shizune, siguiendo las órdenes de su mentora.

Shizune: Puedo pasar?

Shikamaru (tirado en la cama, muy desanimado): Pasa… No me digas, Tsunade me necesita. Dile que por ahora no tomaré misiones, y que aceptaré cualquier sanción.

Shizune: Lady Tsunade quiere que vayas a su despacho.

Shikamaru: ¿Y para qué quiere eso?

Shizune: Quiere hablarte… de un asunto privado.

Shikamaru: Lo siento pero no quiero hablar con nadie. Y tampoco tengo deseos de salir.

Shizune: ¿Y si te dijera que cierta rubia de un país vecino está en Konoha en estos momentos?


Com un rayo el enamorado estaba listo para salir. Ya enfrente de Tsunade, Shikamaru está nervioso. Shizune le obligó a ir al no querer revelarle el paradero de Temari.

Shikamaru:¡¡ Debe decirme en dónde está Temari!! Hay varias cosas que debo...

Tsunade: Por supuesto que te diré en donde está. Temari está en los calabozos de la Hoja como prisionera.

Shikamaru: Qué?!

Tsunade: Lo que escuchaste. Y no come ni bebe nada hace cuatro días, porque quiere verte. Obviamente yo no estaba de acuerdo, pero si sigue así, morirá. De todos modos no estarán a solas, un Anbu los vigilará… ahora por favor ve y sé breve. Y no caigas de nuevo en sus tiernas miraditas.

Temari casi no tenía fuerzas, estaba en muy mal estado. Cuatro días habían pasado y su príncipe no venía a su encuentro. ¿Acaso iba dejarla morir? Quizás lo que dijo Tsunade era verdad, esas tres últimas palabras... de pronto, ve abrirse la puerta. Alguien entra corriendo, pero no puede ver quién es. Una voz le dice que tome algo de agua… pero no está dispuesta a ceder, aunque esté muriendo:

Temari (con voz débil): Ya… ya dije que… no comeré… ni beberé na-nada ha.. hasta que venga Shika…maru.

Shikamaru (tomando su mano): Temari… soy yo. Mírame.

Temari (con lágrimas en los ojos): Shikamaru… e… eres tú… 

Fin de capítulo 9






Capítulo final - Revolución en Konoha

Temari: Shikamaru… eres tú…

Temari se sintió feliz de ver a su amado, pero sintió que se le acababan las fuerzas… en ese instante la chica de la Arena cerró sus ojos, como dormida.

Shikamaru (asustado): Temari!! Temari!! ¡HÁBLAME! Temari… QUÉ TE PASA!!

Anbu (desatándola rápidamente): Colóquenla en el piso, intentaré reanimarla!

Anbu 2(acercándose a Temari y tomando su pulso): Esto es malo… ¡¡LLAMEN A UN NINJA MÉDICO URGENTE!!

Mientras tanto, por encima del bosque y a gran velocidad, el Kazekage se trasladaba sobre una gran nube de arena, se dirige al país del Fuego después de recibir una notificación de la aldea de la Hoja. Pensaba en que aunque le gustaba visitar la Hoja, y admirar en secreto a cierta bella flor que vivía en sus tierras, ¿qué sería tan urgente como para salir apenas recibiera ese mensaje? Lo peor, es que no encontró a Kankuro ni a Temari por ningún lado. ¿En dónde se metieron esos dos? Sin duda los deberes de Kazekage lo habían distraído de sus hermanos. En fin, no sabía por qué se preocupaba tanto, al fin y al cabo ellos son mayores que él y ya saben cuidarse bien solos. Será mejor que deje de pensar en eso, y apresurarse por llegar. Mientras se acerca a Konoha, un terrible presentimiento se apodera del joven pelirrojo.

En Konoha, un Anbu llega donde se encuentra Temari, junto con dos experimentadas ninjas médicos:

Anbu: Es aquí, apresúrense, traté de reanimarla pero no da resultado.

Shikamaru: Hagan algo!

Sakura: Para eso hemos venido. Shikamaru, espera afuera por favor. Afuera todos! Sólo que se quede un Anbu, podríamos necesitar su ayuda. Shizune, ¿qué hace ella aquí? ¿Qué le pasó a esta chica?

Shizune: No hay tiempo para eso Sakura, dame el tubo de oxígeno.

Sakura: ¡Sí!

Shizune: Anbu! Vaya al hospital, y que traigan una camilla… ¡La llevaremos al hospital cuanto antes!

Ha pasado una hora después de todo el ajetreo. En la sala de espera del hospital ninja de Konoha, cinco personas esperan noticias del doctor. Shikamaru y Neji de pie a un costado, y Tsunade con sus dos aprendices en el otro extremo del salón.

Neji: Así que eso fue lo que pasó.

Shikamaru: Sí. Gracias por venir.

Neji: No es nada, para eso están los amigos. Dime, ¿qué piensas hacer?

Shikamaru: Aún no lo sé. Tengo que hablar con ella primero. Tengo muchas dudas… no sé que sentir. Yo la amo pero… me siento… traicionado. Y a la vez culpable. Sólo quiero que se recupere, no soportaría que algo le pasara.

Neji: Son sentimientos encontrados…

Shikamaru (tomándose la cabeza): Creo que mi cerebro va a explotar.

Neji: Cálmate. El destino es sabio.

Tsunade (en voz alta): ¡Hey ustedes dos! ¡Dejen de estar parloteando! Me ponen nerviosa…

Neji: Lo siento, Hokage Sama.

Sakura (a Shizune, en voz baja): Oye, qué hacen estos dos aquí?

Shizune (desviando la pregunta a la Hokage): Tsunade Sama?

Tsunade (en voz baja): Pues… Shikamaru es un amigo de ella.

Sakura: Oh! Cierto. Pero… ¿Qué le pasó a ella?

Tsunade: Tuvimos unas sospechas en cuanto a Temari, y no quiso cooperar, así que la encerramos. Por rebeldía se rehusó a comer y beber, y he aquí el resultado.

Sakura: ¿Unas sospechas eh? Y… sospechas de qué?

Tsunade: Eso es clasificado por ahora.

Un ninja entra en la sala y se dirige a la Hokage:

Ninja: Tsunade Sama, Kazekage Sama ha llegado a la aldea.

Tsunade: Gracias por avisar. Iré a hablar con él.

Gaara (entrando ante la mirada atónita de todos): No será necesario, Tsunade Sama. Ya que me ha llamado en carácter de urgente, le pedí a su ayudante que me guíe hacia usted.

En ese momento de tensión, una bella enfermera se hace presente, y hace una reverencia.

Enfermera: Siento la intromisión. La señorita Temari ha recuperado la conciencia.

Shikamaru: ¡¿Cómo se encuentra?!

Enfermera: Ella está bien, pero muy débi…

Gaara (acercándose a la enfermera con cara de extrañado): ¿Ha dicho Temari?

Tsunade (a Gaara): Kazekage Sama, es por esto que lo envié a llamar, su hermana, bueno, ella…

Gaara (volteando muy serio hacia Tsunade): ¿En dónde está Temari?

La tensión se hizo muy fuerte… Tsunade miró a la enfermera y luego al Kazekage. Gaara se dio cuenta enseguida de que algo no andaba bien.

Gaara: Enfermera, lléveme con Temari, por favor.

Shikamaru (muy enérgico): E… esperen! ¡Kazekage! Déjeme hablar primero con ella, necesito verla ¡por favor!

Enfermera: Aún no pueden verla. Están examinándola... yo le avisaré cuando sea el momento, Kazekage Sama.

Gaara (se da vuelta y mira a Shikamaru de reojo): ¿Quién eres tú?

Shikamaru: Bueno… umm… yo…

Shizune (tomando a Shikamaru y tapándole la boca): Gaara Sama, no le haga caso, luego aclararemos todo.

Gaara (muy serio): Hokage Sama, por favor, insisto en que me diga qué está pasando aquí.

Tsunade: Enfermera, ¿Hay alguna habitación donde Kazekage Sama y yo podamos hablar?

Enfermera: Sí, pueden hablar en la sala de juntas.

Tsunade: Gaara Sama… acompáñeme por favor. Shikamaru, ven con nosotros.

La Hokage le explicó a un callado Gaara todo lo que sabía. Shikamaru escuchaba nervioso, pero no se animaba a hablar, la sola presencia del Kage de la Arena intimidaba a cualquiera. Ante las palabras de Tsunade, el pelirrojo permanecía inmóvil, inmutable, completamente serio, como si nada pasara. ¿Será que no tiene ninguna emoción? La Hokage termina de dar su versión de los hechos.

Gaara: Mmm… No puedo creer que Kankuro y Temari hayan hecho esto. ¿Por qué lo harían?

Tsunade: No lo sé…

Gaara: Tsunade Sama, debo decir que de ser como me lo cuenta, ni yo, ni ninguno de mis subordinados tenemos que ver en esto. Nunca dí tal orden, y nunca expondría a mi propia hermana a tal situación.

Tsunade: Ya lo sé… confío en usted.

Gaara (mirando a Shikamaru): Esto quiere decir que tú y mi hermana…

Tsunade (percatándose de que Shikamaru estaba demasiado nervioso para contestar): Así es.

Gaara: No entiendo cómo pudo permitirlo. Sabe muy bien que “esas” relaciones no pueden darse en miembros de distintas aldeas.

Tsunade: Yo no sabía nada… ellos lo mantuvieron en secreto.

Gaara: Tsunade Sama, espero que también me diga… ¿cómo dejó a mi hermana sin atención médica tanto tiempo, como para que llegara a esta condición?

Tsunade: Como dije, ella se negó a comer. No podíamos hacer nada.

Gaara: Aún así, no se me dio aviso de que Temari estaba prisionera. Ella casi muere por su culpa, no importa si Kankuro la obligó o no. Desde que fue tomada por sus Anbu, ella era responsabilidad suya, y que la trate de esa forma es algo que no puedo dejar pasar. Lo siento, pero sugeriré a los altos mandos de Sunagakure que la alianza entre nuestras aldeas se termine.

Tsunade (Sobresaltada): no, Gaara sama… ¡¡usted no puede hacer eso!! Cortar relaciones así como así… usted sabe que esto también puede afectar a su aldea!

Gaara: Es verdad, pero en realidad me duele que habiéndolos ayudado tanto, traten a mi hermana como una desconocida, y me ignoraran totalmente. Mi aldea puede aliarse con cualquier otra, para mí eso es lo de menos comparado con que alguien haga sufrir a mis hermanos.

Tsunade (muy molesta): Tsk, pero es que esta alianza ha perdurado años!

Gaara: Es cierto. Bueno, mantendré nuestros lazos entre aldeas, con una condición.

Mientras tanto en la sala de espera, Shizune, Sakura y Neji esperan impacientes.

Sakura: ¿Shizune, crees que tarden mucho?

Shizune: No lo sé… sólo espero que esa chica esté bien.

Sakura: Sí, yo también…

Gaara, Tsunade y Shikamaru salen de la sala de juntas. Shikamaru se ve muy triste, las chicas y Neji se preguntan qué habrá pasado. Un silencio sepulcral se apodera del lugar, y la Hokage miraba a Gaara con gesto de frustración. Como siempre, el Kazekage no reflejaba ninguna emoción. Pasaron unos minutos, y una mujer con una sonrisa condescendiente y tímida rompió el hielo:

Enfermera: Kazekage Sama, ya puede entrar a ver a su hermana. Tenemos excelentes noticias!

El pelirrojo se levantó y siguió a la enfermera. Detrás del pasillo, encontró a su hermana. Estaba un poco demacrada, pero se la veía bien. Ella volteó y lo miró, y una lágrima cayó por el rostro de Temari:

Temari (llorando): Gaara… gracias al cielo.

Gaara (tomándole de la mano): No te preocupes, ya estoy aquí.

Temari: Gaara, todo es culpa de Kankuro, él…

Gaara: Cálmate. Dime… Kankuro te obligó, ¿cierto?

Temari (asintiendo con la cabeza): Me envenenó, se fue en mi lugar y le dijo a Shikamaru que tú me habías enviado, pero en realidad…

Gaara: Ese chico, Shikamaru. Hiciste esto por él.

Temari: Pues… sí. Sé que no lo entenderás… pero, no quería perderlo. Kankuro me dijo que si quería seguir con él, debía obedecerle. Si no…te lo diría.

Gaara: Lo amas, ¿cierto?

Temari: Más que a mi vida, hermano.

Gaara: Sabes que… bueno, ese chico es de otra aldea, y esto va contra las reglas, pero tú eres mi hermana y si me lo hubieras pedido… yo te hubiera apoyado. Eres mi única hermana Temari. Y aunque antes nos ignorábamos, ahora todo es distinto. Yo ya no soy el de antes. Gracias a Naruto… he cambiado.

Temari: Hermano… gracias.

Tsunade y sus aprendices se hicieron presentes en la habitación.

Tsunade: Esperamos no interrumpir, pero ya que estás bien, queríamos saludarte antes de irnos.

Temari: Está bien…

Tsunade: Temari, siento mucho lo que pasó. En vista de que actuaste bajo el chantaje de Kankuro, eres libre.

Temari: Gracias.

Shikamaru entra corriendo en la habitación y Neji lo seguía, tratando de detenerlo:

Neji: ¡¡Shikamaru!! ¡¡La Hokage dijo que esperaras afuera!!

Shikamaru: No puedo! Tengo que ver a…

Temari lo miró y sus ojos se iluminaron. Shikamaru corrió al lado de su amada.

Shikamaru (llorando): Temari! Gracias a Dios!

Tsunade (tratando de halar a Shikamaru fuera de la habitación): Gaara Sama, por favor perdone a Shikamaru. Le dije que espere afuera, pero…

Gaara: No se preocupe. Déjelo. Puede quedarse.

Con gesto de sorpresa, Tsunade suelta al ninja, quien tiernamente abraza a Temari.

Temari: No estés triste, Shikamaru… todo terminó.

Shikamaru: Yo… siento no haberte creído… lo siento.

Temari: Está bien… no te preocupes por eso.

Neji: Y… ¿cuáles son las excelentes noticias que dijo la enfermera?

Gaara: No lo sabemos. Aún no viene el médico.

Enfermera (entrando a la habitación, acompañada por un hombre alto): Disculpen la demora. Él es el doctor a cargo de Temari.

Gaara: ¿Temari ya está bien?

Doctor: Aún no, tiene la presión sanguínea muy baja, pero a medida que asimile el alimento, se pondrá bien con el correr de los días.

Tsunade: Vaya que es exagerado, doctor, esas no me parecen “excelentes” noticias.

Doctor: Eso no es todo, Tsunade Sama. Vengo a darle una noticia a Temari. Felicidades. Está embarazada, y, según los estudios, su bebé no fue afectado. Es igual que usted señorita Temari, un bebé muy fuerte.

Gaara se quedó helado, luego sintió un mareo y tuvo que sentarse. Tsunade y sus seguidoras se quedaron con la boca abierta de la impresión. Neji reaccionó rápido y sostuvo a Shikamaru, que cayó al suelo. Temari… bueno, ella simplemente sonrió.

Pasaron unos días, Shikaku se recuperaba en el hospital después del ataque que tuvo al enterarse de todo, y Yoshino seguía enojada con Shikamaru. Tsunade y Gaara resolvieron que lo mejor sería que el niño (o niña) tuviera a ambos padres consigo, y acordaron que Shikamaru y Temari vivieran juntos en un lugar alejado de Suna y Konoha, hasta que prosperara la petición de los dos Kages de anular la ley que impedía las uniones entre personas de aldeas distintas. Kankuro seguía desaparecido. Llega el día de la despedida de Temari y Shikamaru, y sus amigos se reúnen en la entrada de Konoha: Neji, Ten Ten, Lee, Hinata, Gaara, Tsunade, Naruto, Sakura, Kakashi, Ino, Chouji y finalmente, recuperados pero aún duros, los padres de Shikamaru.

Shikamaru: Adiós, los voy a extrañar a todos.

Neji: Nosotros también te extrañaremos.

Shikaku: Temari, cuida bien de mi hijo.

Temari: Lo haré. Gaara, adiós y gracias.

Gaara: No hay de qué.

Shikamaru (acercándose a Neji y susurrándole al oído): Neji, antes de irme… Dime, ¿de quién estás enamorado?

Neji (sonriendo): Ten Ten, ven por favor.

Shikamaru: Qué…? ¿Ustedes dos? ¿Hace cuánto?

Ten Ten (en voz baja, quedándose al lado de Neji y sonriendo): Shhh!! Shikamaru, esto queda entre nosotros… por ahora.

Shikamaru: Los voy a extrañar, amigos.

Adiós… los dos jóvenes caminan mirando hacia atrás de vez en cuando. Finalmente, desaparecen en el horizonte. Gaara camina unos pasos:

Gaara: Hokage Sama, yo también debo partir a mi aldea, aún debo buscar a Kankuro, y preguntarle algunas cosas. Aún sigue desparecido, quizás tenga vergüenza de lo que hizo, pero yo sé por qué lo hizo, y estoy dispuesto a perdonarlo. Y espero que ustedes también.

Tsunade: ¿Por qué lo hizo, si me permite saberlo?

Gaara: Hace tiempo, cuando terminaron los exámenes chuunin, le pedí disculpas a Kankuro y Temari por todo lo que sufrieron con mis constantes amenazas de muerte y mi maltrato. Kankuro me dijo que a partir de ese día seríamos una familia, y me prometió que nadie nos separaría, que estaríamos juntos por siempre. Temari me contó que le dijo a Kankuro que se iría y… quizás lo haya hecho por eso. Por la promesa que me hizo.

Tsunade: Sin duda la aldea de la Arena tiene personas muy especiales… Gaara sama. Ah! Y recuerde que habrá una junta que decidirá si se deroga la ley de relaciones entre miembros de distintas aldeas, no falte por favor. De eso depende que Shikamaru pueda regresar.

Gaara (subiendo a una nube de arena, y alejándose): Lo sé, también quiero a Temari de regreso. Y quizás, algún día, también yo pueda casarme con alguien de otra Aldea. Eso claro, si el señor Hiashi Sama me lo permite.

Tsunade: ¿Hiashi sama? Pero… ese es el padre de… Oh no!! D:


FIN.